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Cantares 4:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

3 Tus labios son cual cinta carmesí; tu boca es hermosa. Tus mejillas, tras el velo, parecen dos mitades de granadas.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Tus labios como hilo de grana, Y tu habla hermosa; Tus mejillas, como cachos de granada detrás de tu velo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Tus labios son como una cinta escarlata; tu boca me cautiva. Tus mejillas son como granadas color rosa detrás de tu velo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Tus labios son una cinta roja, y tu hablar es encantador. Tus mejillas son las mitades de una granada a través de tu velo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Tus labios son como una cinta de grana, Y tu hablar, gracioso. Tus mejillas, cual granada partida Detrás de tu velo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Tus labios, como cinta de escarlata y tu boca graciosa. Tus mejillas, como mitades de granada a través de tu velo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Tus labios, como hilo de grana, y tu habla hermosa; tus mejillas, como cachos de granada entre tus guedejas.

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Cantares 4:3
29 Referencias Cruzadas  

realmente yo, tu siervo, no soy digno de la bondad y fidelidad con que me has privilegiado. Cuando crucé este río Jordán, no tenía más que mi bastón; pero ahora he llegado a formar dos campamentos.


y dije en oración: «Dios mío, estoy avergonzado y humillado como para levantar el rostro hacia ti, porque nuestras maldades se han amontonado hasta cubrirnos por completo; nuestra culpa ha llegado hasta el cielo.


Con mis labios he proclamado todas las leyes que has promulgado.


La boca del justo imparte sabiduría y su lengua proclama la justicia.


Tú eres el más apuesto de los hombres; tus labios son fuente de hermosas palabras, ya que Dios te ha bendecido para siempre.


En los labios del prudente hay sabiduría; en la espalda del falto de juicio, solo garrotazos.


Cuando habla, lo hace con sabiduría; cuando instruye, lo hace con amor.


Soy morena y hermosa, hijas de Jerusalén; morena como las tiendas de campaña de Cedar, hermosa como las cortinas de Salomón.


Tus labios, novia mía, destilan miel; leche y miel escondes bajo la lengua. Cual perfume del Líbano es el perfume de tus vestidos.


Sus mejillas son como lechos de bálsamo, como cultivos de hierbas aromáticas. Sus labios son azucenas por las que fluye mirra.


Su paladar es la dulzura misma; ¡él es todo un encanto! ¡Tal es mi amado, tal es mi amigo, doncellas de Jerusalén!


Tus mejillas, tras el velo, parecen dos mitades de granadas.


y como el buen vino tu boca! ¡Corra el vino hacia mi amado y le resbale por labios y dientes!


Cuando yo te perdone por todo lo que has hecho, tú te acordarás de tu maldad, te avergonzarás y en tu humillación no volverás a jactarte, afirma el Señor y Dios”».


mandará traer para la purificación de esa persona dos aves vivas y puras, un pedazo de madera de cedro, un paño escarlata y una rama de hisopo.


Tomará la otra ave viva, la madera de cedro, el paño escarlata y la rama de hisopo, y mojará todo esto junto con el ave viva en la sangre del ave que fue degollada sobre el agua de manantial.


Luego el sacerdote tomará ramas de cedro y de hisopo, y un paño escarlata, y lo echará al fuego donde se incinere la vaca.


Sobre todo esto extenderán un paño escarlata. Luego cubrirán la mesa con piel resistente y le colocarán las varas para transportarla.


El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo, de su maldad saca el mal.


Todos dieron su aprobación, impresionados por las hermosas palabras que salían de su boca. «¿No es este el hijo de José?», se preguntaban.


Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan.


Que su conversación sea siempre amena y de buen gusto. Así sabrán cómo responder a cada uno.


Después de promulgar todos los mandamientos de la Ley a todo el pueblo, Moisés tomó la sangre de los becerros junto con agua, lana escarlata y ramas de hisopo, y roció el libro de la Ley y a todo el pueblo,


si, cuando conquistemos la tierra, no vemos este cordón rojo atado a la ventana por la que nos bajas. Además, tu padre, tu madre, tus hermanos y el resto de tu familia deberán estar reunidos en tu casa.


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