Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Cantares 3:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

6 ¿Qué es eso que sube por el desierto semejante a una columna de humo, entre aromas de mirra e incienso, entre perfumes de mercaderes?

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

6 ¿Quién es esta que sube del desierto como columna de humo, Sahumada de mirra y de incienso Y de todo polvo aromático?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

6 ¿Quién es ese que viene majestuosamente desde el desierto como una nube de humo? ¿Quién es el que viene perfumado con mirra e incienso y todo tipo de especias?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

6 ¿Quién es este que sube del desierto? Parece ser una columna de humo perfumado de mirra y de incienso y de todos los aromas.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

6 Coro ¿Qué es lo que sube del desierto Como columnas de humo, Perfumado con mirra e incienso, Y con todos los aromas del mercader?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 ¿Qué es aquello que sube del desierto, cual columna de humo, perfumado de mirra y de incienso, del aroma mejor del mercader?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 ¿Quién es esta que sube del desierto como columna de humo, perfumada de mirra y de incienso, y de todo polvo aromático?

Ver Capítulo Copiar




Cantares 3:6
26 Referencias Cruzadas  

El Señor dijo a Moisés: «Toma una misma cantidad de resina, ámbar, gálbano e incienso puro,


He perfumado mi lecho con aroma de mirra, áloe y canela.


Mi amado es para mí como el saquito de mirra que duerme entre mis pechos.


La fragancia de tus perfumes es placentera; tu nombre es bálsamo aromático. ¡Con razón te aman las doncellas!


¡Miren! ¡Es el carruaje de Salomón! Viene escoltado por sesenta guerreros, escogidos entre los más valientes de Israel.


Antes de que el día despunte y se desvanezcan las sombras, subiré a la montaña de la mirra, a la colina del incienso.


Sus mejillas son como lechos de bálsamo, como cultivos de hierbas aromáticas. Sus labios son azucenas por las que fluye mirra.


Me levanté y le abrí a mi amado; gotas de mirra corrían por mis manos. Se deslizaban entre mis dedos y caían sobre el cerrojo.


¿Quién es esta que sube por el desierto apoyada sobre el hombro de su amado? Bajo el manzano te desperté; allí te concibió tu madre, allí mismo te dio a luz.


¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto y ríos en lugares desolados.


«Ve y proclama a oídos de Jerusalén que así dice el Señor: »“Recuerdo la fidelidad de tu juventud, tu amor de novia, cuando me seguías por el desierto, por tierras no cultivadas.


Así dice el Señor: «El pueblo que escapó de la espada ha hallado gracia en el desierto; Israel va en busca de su reposo».


«Cuando encontré a Israel, fue como hallar uvas en el desierto; cuando vi a sus antepasados, fue como ver los primeros frutos en la higuera. Pero ellos se fueron a Baal Peor y se entregaron a la vergüenza; ¡se volvieron tan detestables como el objeto de su amor!


Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre, y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y presentaron como regalos: oro, incienso y mirra.


Recuerda que durante cuarenta años el Señor tu Dios te llevó por todo el camino del desierto, para humillarte y ponerte a prueba. Así llegaría a conocer lo que había en tu corazón y vería si cumplirías o no sus mandamientos.


Ya he recibido todo lo que necesito y aún más; tengo hasta de sobra ahora que he recibido de Epafrodito lo que me enviaron. Es una ofrenda fragante, un sacrificio que Dios acepta con agrado.


Pero a la mujer se le dieron las dos alas de la gran águila, para que volara al desierto, al lugar donde sería sustentada durante un tiempo y tiempos y medio tiempo, lejos de la vista de la serpiente.


Y la mujer huyó al desierto, a un lugar que Dios le había preparado para que allí la sustentaran durante mil doscientos sesenta días.


cargamentos de canela y especias aromáticas; de incienso, mirra y perfumes; de vino y aceite; de harina refinada y trigo; de ganado vacuno y de ovejas; de caballos y carruajes; y hasta de seres humanos, vendidos como esclavos.


Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo de Dios.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos