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2 Samuel 15:23 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

23 Todo el pueblo lloraba a gritos mientras David pasaba con su gente y, cuando el rey cruzó el arroyo de Cedrón, toda la gente comenzó la marcha hacia el desierto.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

23 Y todo el país lloró en alta voz; pasó luego toda la gente el torrente de Cedrón; asimismo pasó el rey, y todo el pueblo pasó al camino que va al desierto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Entonces todo el pueblo lloraba a gritos cuando el rey y sus seguidores pasaban. Así que cruzaron el valle de Cedrón y fueron hacia el desierto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 El pueblo iba pasando y todos lloraban a gritos. El rey atravesó el torrente del Cedrón y toda la gente pasó al este del camino que pasa por el desierto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Y todo el país lloraba a gran voz cuando todo el pueblo estaba cruzando, también el rey cruzó el torrente de Cedrón, con toda la gente que cruzaba rumbo al camino del desierto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Toda la gente iba llorando a voz en grito, mientras el rey pasaba el torrente Cedrón y avanzaba la gente camino del desierto.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

23 Y todo el país lloró en alta voz; pasó luego toda la gente el torrente de Cedrón; asimismo pasó el rey, y todo el pueblo pasó, al camino que va al desierto.

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2 Samuel 15:23
12 Referencias Cruzadas  

—Está bien —contestó David—, ven con nosotros. Así que Itay el guitita marchó con todos los hombres de David y con las familias que lo acompañaban.


Yo me quedaré en las llanuras del desierto hasta que ustedes me informen de la situación.


—¿Qué vas a hacer con todo esto? —preguntó el rey. Siba respondió: —Los asnos son para que monte la familia de Su Majestad, el pan y la fruta son para que coman los soldados, y el vino es para que beban los que desfallezcan en el desierto.


Hasta destituyó a su abuela Macá de su puesto como reina madre, porque ella había hecho una imagen repulsiva de la diosa Aserá. Asá derribó la imagen y la quemó en el arroyo de Cedrón.


porque el día que salgas y cruces el arroyo de Cedrón podrás darte por muerto. Y la culpa será tuya.


Después los sacerdotes entraron al interior del Templo del Señor para purificarlo. Sacaron al atrio del Templo todos los objetos impuros que encontraron allí, y los levitas los recogieron y los arrojaron al arroyo de Cedrón.


Todo el valle donde se arrojan los cadáveres y las cenizas, y todos los campos, hasta el arroyo de Cedrón y hasta la puerta de los Caballos, en la esquina oriental, estarán consagrados al Señor. ¡Nunca más la ciudad será arrancada ni derribada!».


En aquellos días se presentó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea.


Juan era aquel de quien había escrito el profeta Isaías: «Voz de uno que grita en el desierto: “Preparen el camino para el Señor, háganle sendas derechas”».


El niño crecía y se fortalecía en espíritu; y vivió en el desierto hasta el día en que se presentó públicamente al pueblo de Israel.


Cuando Jesús terminó de orar, salió con sus discípulos y cruzó el arroyo de Cedrón. Al otro lado había un huerto en el que entró con sus discípulos.


Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran.


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