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2 Pedro 2:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

8 pues este justo, que convivía con ellos y amaba el bien, día tras día sentía que se le despedazaba el alma por las obras malvadas que veía y oía.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos),

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Así es, Lot era un hombre recto atormentado en su alma por la perversión que veía y oía a diario.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Este hombre recto vivía en medio de ellos, y su conciencia recta sufría día tras día viendo y oyendo sus crímenes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 (porque este justo, que vivía entre ellos, día tras día atormentaba su alma justa por los hechos inicuos de lo que veía y escuchaba);

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 pues este justo, que vivía entre ellos, día tras día se afligía en su alma justa por las obras malas que veía y oía.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 (porque este justo, morando entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos).

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2 Pedro 2:8
12 Referencias Cruzadas  

Los habitantes de Sodoma eran malvados y cometían muy graves pecados contra el Señor.


Ríos de lágrimas brotan de mis ojos, porque tu Ley no se obedece.


Mi celo me consume, porque mis adversarios pasan por alto tus palabras.


Me repugna mirar a esos traidores, porque no cumplen tus palabras.


Manantial turbio, contaminado pozo, es el justo que flaquea ante el impío.


Cuando los justos triunfan, se hace gran fiesta; cuando los impíos se imponen, todo el mundo se esconde.


y le dijo: «Recorre la ciudad de Jerusalén y coloca una señal en la frente de quienes giman y se lamenten por los actos detestables que se cometen en la ciudad».


Maten a viejos y a jóvenes, a muchachas, niños y mujeres; comiencen en el Templo, y no dejen a nadie con vida. Pero no toquen a los que tengan la señal». Y aquellos hombres comenzaron por matar a los ancianos que estaban frente al Templo.


Tengamos en cuenta que la Ley no se ha instituido para los justos, sino para los malvados y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos. La Ley es para los que matan a sus propios padres, para los asesinos,


Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín y por ella recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía.


Por eso, confiésense unos a otros sus pecados y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.


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