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1 Reyes 1:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

2 Por eso sus servidores le dijeron: «Busquemos a una joven virgen para que atienda a nuestro señor el rey, lo cuide y se acueste a su lado para darle calor».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Le dijeron, por tanto, sus siervos: Busquen para mi señor el rey una joven virgen, para que esté delante del rey y lo abrigue, y duerma a su lado, y entrará en calor mi señor el rey.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Así que sus consejeros le dijeron: «Busquemos una joven virgen que lo atienda y lo cuide, mi señor; dormirá en sus brazos y le quitará el frío».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Sus servidores le dijeron: 'Que vayan a buscar para el rey mi señor a una joven virgen, que esté a su servicio, lo cuide, duerma con él y dé calor al rey mi señor'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Por lo cual le dijeron sus siervos: Que busquen para mi señor el rey una joven virgen, y que ella esté delante del rey y sea una compañera para él, y que se recueste en tu seno, para que mi señor el rey pueda entrar en calor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Dijéronle entonces sus servidores: 'Búsquese para mi señor, el rey, una doncella virgen que asista al rey y lo cuide, que duerma en su regazo, y así entrará en calor mi señor, el rey'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Le dijeron por tanto sus siervos: Busquen a mi señor el rey una joven virgen, para que esté delante del rey, y lo abrigue, y duerma a su lado para que dé calor a mi señor el rey.

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1 Reyes 1:2
11 Referencias Cruzadas  

Entonces Saray dijo a Abram: —¡Tú tienes la culpa de esta injusticia! Yo puse a mi esclava en tus brazos y ahora que se ve embarazada me mira con desprecio. ¡Que el Señor determine quién tiene la culpa, si tú o yo!


en cambio, el pobre no tenía más que una sola ovejita que él mismo había comprado y criado. La ovejita creció con él y con sus hijos: comía de su plato, bebía de su vaso y dormía en su regazo. Era para ese hombre como su propia hija.


El rey David era ya tan anciano y entrado en años que, por más que lo abrigaban, no conseguía entrar en calor.


Así que fueron por todo Israel en busca de una muchacha hermosa. Entonces encontraron a una sunamita llamada Abisag y se la llevaron al rey.


Así que, hijos míos, no sean negligentes, pues el Señor los ha escogido a ustedes para que estén en su presencia, le sirvan, sean sus ministros y le quemen incienso».


Entonces los ayudantes personales del rey hicieron esta propuesta: «Que se busquen jóvenes vírgenes y hermosas para el rey.


Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse?


No creas en tu prójimo ni confíes en tus amigos; cuídate de lo que hablas con la que duerme en tus brazos.


En aquel tiempo, el Señor designó a la tribu de Leví para llevar el arca del pacto y estar en su presencia; además, para ministrar y pronunciar bendiciones en su nombre, como hasta hoy lo hace.


Si tu propio hermano, o tu hijo, o tu hija, o tu esposa amada, o tu amigo íntimo, trata de engañarte y en secreto te insinúa: «Vayamos a rendir culto a otros dioses» (dioses que ni tú ni tus antepasados conocieron,


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