Números 32:2 - Biblia Version Moderna (1929)

² Entonces vinieron los hijos de Gad y los hijos de Rubén, y hablaron con Moisés, y con el sacerdote Eleazar, y con los príncipes de la Congregación, diciendo:

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

² Vinieron, pues, los hijos de Gad y los hijos de Rubén, y hablaron a Moisés y al sacerdote Eleazar, y a los príncipes de la congregación, diciendo:

Biblia Nueva Traducción Viviente

² se acercaron a Moisés, al sacerdote Eleazar y a los otros jefes de la comunidad y les dijeron:

Biblia Católica (Latinoamericana)

² Y fueron a decir a Moisés, al sacerdote Eleazar y a los jefes de la comunidad:

La Biblia Textual 3a Edicion

² Y los hijos de Gad y los de Rubén fueron y hablaron a Moisés, al sacerdote Eleazar y a los jefes de la asamblea, diciendo:

Biblia Serafín de Ausejo 1975

² los gaditas y los rubenitas se presentaron a Moisés, al sacerdote Eleazar y a los príncipes de la comunidad, y les dijeron:

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

² Y vinieron los hijos de Gad y los hijos de Rubén, y hablaron a Moisés, y a Eleazar el sacerdote, y a los príncipes de la congregación, diciendo:

Números 32:2 Referencias Cruzadas

Levítico 4:22

¶Cuando un príncipe pecare por ignorancia, obrando contra cualquiera de los mandamientos de Jehová su Dios relativos a cosas que no deben hacerse, y así se hiciere culpable,

Números 32:1

MAS los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían inmensa muchedumbre de ganado; y al mirar la tierra de Jazer y la tierra de Galaad, vieron que el lugar era lugar a propósito para ganado.

Números 32:3

Atarot, y Dibón, y Jazer, y Nimra, y Hesbón, y Eleale, y Sebam, y Nebo, y Beón,

Josué 13:7

Ahora pues, divide esta tierra en herencia a las nueve tribus y a la mitad de la tribu de Manasés.

Josué 21:8

Los hijos de Israel pues dieron a los Levitas estas ciudades con sus ejidos, por suerte, como había mandado Jehová por conducto de Moisés.

Jueces 5:16

¿Por qué pues te sentaste entre los rediles, para escuchar los balidos de los rebaños? Junto a los arroyos de Rubén hubo grandes deliberaciones de corazón.