2 Samuel 11:8 - Biblia Version Moderna (1929)

⁸ En seguida David dijo a Urías: Baja a tu casa y lava tus pies. Y salió Urías de la casa del rey; y salió tras él una porción de la comida del rey.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

⁸ Después dijo David a Urías: Desciende a tu casa, y lava tus pies. Y saliendo Urías de la casa del rey, le fue enviado presente de la mesa real.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁸ Después le dijo a Urías: «Ve a tu casa a descansar». David incluso le envió un regalo a Urías apenas este dejó el palacio.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁸ después dijo a Urías: 'Anda a tu casa, te has ganado el derecho de lavarte los pies'. Apenas salió Urías de la casa del rey, éste despachó detrás de él un presente de su mesa.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁸ Después dijo David a Urías: Desciende a tu casa y lava tus pies. Y saliendo Urías de la casa real, le fue enviado un presente del rey.°

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁸ Después díjole David a Urías: 'Baja a tu casa y lávate los pies'. Salió Urías del palacio real y tras él salió también un presente de la mesa del rey.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

⁸ Después dijo David a Urías: Desciende a tu casa, y lava tus pies. Y saliendo Urías de casa del rey, vino tras de él comida real.

2 Samuel 11:8 Referencias Cruzadas

Génesis 18:4

Tráigase, con tu permiso, un poco de agua, y lavaos los pies, y reclinaos debajo del árbol.

Génesis 19:2

y dijo: He aquí, señores míos, os ruego que os desviéis y entréis en casa de vuestro siervo, y posad, y lavaos los pies; y de madrugada os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. Mas ellos dijeron: No, sino que en la plaza posaremos.

Génesis 43:24

Entonces el hombre hizo entrar a los hombres en casa de José, y dióles agua, y se lavaron los pies; dió también pienso a sus asnos.

Génesis 43:34

Y tomó José de delante de sí porciones para ellos; mas la porción de Benjamín excedía a las porciones de cualquiera de ellos en los cinco tantos. Y bebieron y alegráronse con él.

Salmos 12:2

Cada uno habla mentira con su prójimo; hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón.

Salmos 44:21

¿Dios no hubiera de pedir cuenta de esto? porque él conoce los secretos del corazón.

Salmos 55:21

Los dichos de su boca son más blandos que manteca; pero hay guerra en su corazón: sus palabras son más suaves que el aceite; mas ellas son espadas desenvainadas.

Isaías 29:15

¡Ay de los que ahondan el consejo, a fin de ocultarlo a Jehová, y cuyas obras están envueltas en tinieblas; y dicen: ¿quién nos ve? y ¿quién nos conoce?

Lucas 12:2

pues nada hay encubierto que no haya de ser descubierto, ni escondido, que no haya de saberse.

Lucas 7:44

Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: ¿ves a esta mujer? Yo entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha limpiado con sus cabellos.

Hebreos 4:13

Y no hay criatura alguna que no esté manifiesta delante de la presencia de él; sino antes, todas las cosas están desnudas y patentes a los ojos de aquel con quien tenemos que ver.