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Jeremías 5:9 - Biblia Martin Nieto

9 ¿Y no he de castigar tales acciones? -dice el Señor-. ¿De una nación como ésta no he de vengarme?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 ¿No había de castigar esto? dijo Jehová. De una nación como esta, ¿no se había de vengar mi alma?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 ¿No habría de castigarlos por esto? —dice el Señor—. ¿No habría de vengarme contra semejante nación?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 ¿Y no voy a castigar tales acciones? ¿No he de vengarme de una nación como ésta? Así, dice Yavé:

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 ¿No he de visitar por estas cosas? dice YHVH, ¿Y de una nación semejante no ha de vengarse mi alma?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 ¿No voy a castigar estas cosas? -oráculo de Yahveh-. Y de una nación como ésta, ¿no he de vengarme?

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Jeremías 5:9
23 Referencias Cruzadas  

Tal es el que se acerca a la mujer de su prójimo; cualquiera que la toque no quedará impune.


Por eso dice el Señor todopoderoso, el Fuerte de Israel: ¡Ah, yo me vengaré de mis adversarios, daré cuenta de mis enemigos!


Las piedras pulidas del torrente son tu heredad, ellas, ellas tu suerte. A ellas haces tus ofrendas de vino y presentas tus ofrendas; ¿voy a calmarme yo con eso?


Por tanto, esto dice el Señor, Dios de Israel, sobre los pastores que guían a mi pueblo: Vosotros habéis dispersado mi rebaño, lo habéis descarriado sin preocuparos de él. Pero yo me voy a ocupar ahora de vosotros -dice el Señor-, castigando vuestras perversas acciones.


Así esta ciudad se ha hecho el blanco de mi furor y de mi indignación desde el día en que se fundó hasta el día de hoy, y tendré que venir a hacerla desaparecer de mi vista


El Señor no podía soportar más la maldad de vuestras acciones y las monstruosidades que habéis cometido; por eso vuestro país ha quedado convertido en un desierto, objeto de horror y execración, sin ningún habitante, como sucede actualmente.


Escalad sus cercas, destruidlas, arrasadlas totalmente, arrancad sus sarmientos, porque no pertenecen al Señor.


¿Y no he de castigar todo esto? -dice el Señor-. ¿No me vengaré de una nación como ésta?


Estoy lleno de furor del Señor, cansado estoy de contenerlo. Derrámalo sobre el niño de la calle, sobre las cuadrillas de jóvenes también. Todos serán presas: marido y mujer, el adulto y el hombre lleno de años.


Pues así habla el Señor todopoderoso: Derribad sus árboles, alzad un terraplén en torno a Jerusalén; ésta es la ciudad de la mentira, en ella sólo hay opresión.


¿Y no he de castigarlos yo por estas cosas -dice el Señor-, y de un pueblo como éste no he de tomar venganza?'.


Alzad sobre los montes llantos y lamentos, una elegía por los pastizales de la estepa, pues han sido abrasados y nadie pasa ya por ellos ni se siente el mugir de los ganados. Aves del cielo y animales han huido, se han ido.


Nosotros pecamos y fuimos rebeldes; ¡tú nos has perdonado!


Tu castigo ha terminado, oh hija de Sión, no volverá él a desterrarte. ¡Pero castigará tu iniquidad, hija de Edón, pondrá al desnudo tus pecados!


Y no tendré piedad de ti ni compasión, sino que te juzgaré responsable de tu proceder, porque tus nefastas acciones estarán manifestadas en medio de ti y sabréis que yo soy el Señor, el que hiere.


Haré cesar todo su regocijo, sus fiestas, sus novilunios, sus sábados y todas sus solemnidades.


Aman los sacrificios; ¡pues que los ofrezcan! Aman la carne; ¡que la coman! El Señor no se complace en ellos; ahora recordará su iniquidad, castigará su pecado y ellos volverán a Egipto.


La tierra se ha contaminado; yo he castigado su iniquidad, y la tierra vomitará sus habitantes.


haré venir contra vosotros la espada, que vengará la alianza. Os refugiaréis en vuestras ciudades, pero yo haré caer sobre vosotros la peste y seréis entregados en manos del enemigo.


El Señor es Dios celoso y vengador; el Señor se venga y se arma de ira, se venga el Señor de sus adversarios y se enfurece contra sus enemigos.


para el día de la venganza y el desquite, / para el tiempo en que sus pies tropezarán. / Está cerca el día de su ruina, / se precipita su destino.


¡Alegraos, naciones, con el pueblo de Dios! / Porque va a vengar la sangre de sus siervos, / a dar su merecido a los adversarios / y a perdonar a su tierra y a su pueblo'.


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