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Jeremías 5:10 - Biblia Martin Nieto

10 Escalad sus cercas, destruidlas, arrasadlas totalmente, arrancad sus sarmientos, porque no pertenecen al Señor.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 Escalad sus muros y destruid, pero no del todo; quitad las almenas de sus muros, porque no son de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 »Vayan por las hileras de los viñedos y destruyan las vides, pero dejen algunas con vida. Arranquen los sarmientos de las vides, porque esta gente no pertenece al Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Vengan, naciones, y escalen las murallas de mi pueblo, destruyan, pero no terminen con mi viña, córtenle esos sarmientos, ya que no son los que plantó Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 ¡Escalad sus muros y destruid!, pero no la destruyáis del todo.° ¡Arrancad sus sarmientos, Porque no son de YHVH!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Escalad sus terrazas y destruid, dadle el golpe de gracia; arrancad sus mugrones, pues no son de Yahveh.

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Jeremías 5:10
24 Referencias Cruzadas  

Conquistó las ciudades fuertes de Judá y llegó hasta Jerusalén.


El Señor mandó contra ellos al rey de los caldeos, que pasó a espada a sus jóvenes en el santuario mismo, sin perdonar a nadie, ni joven ni virgen, ni anciano ni hombre encanecido. Dios los entregó a todos en sus manos.


Yo te había plantado de cepa generosa, toda de semillas legítimas. ¿Cómo te has convertido en planta degenerada de una viña bastarda?


yo mando a buscar a todas las tribus del norte -dice el Señor- y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y los traeré contra este país, contra sus habitantes y contra todas estas naciones de los contornos; las aniquilaré y las dejaré convertidas en objeto de horror, de escarnio y de oprobio perpetuo.


Porque yo estoy contigo -dice el Señor- para salvarte. Aniquilaré a todas las naciones entre las que te he dispersado. A ti no te aniquilaré; sólo te castigaré como mereces y no te dejaré pasar nada.


Los caldeos prendieron fuego al palacio real y a las casas del pueblo, y derruyeron los muros de Jerusalén.


Sí, así habla el Señor: Todo el país será devastado, yo llevaré a cabo un total exterminio.


No, no temas, siervo mío Jacob -dice el Señor-, porque yo estoy contigo. Aniquilaré a todas las naciones donde te he dispersado; pero a ti no te exterminaré, aunque te castigaré como mereces y no te dejaré pasar nada.


Sí, harto me han traicionado la casa de Israel y la casa de Judá -dice el Señor-.


Sin embargo -dice el Señor-, ni siquiera en aquellos días os destruiré por completo.


¿Y no he de castigar tales acciones? -dice el Señor-. ¿De una nación como ésta no he de vengarme?


Sin embargo, todavía preservaré a algunos de ellos de la espada, del hambre y de la peste, para que cuenten entre las gentes donde sean dispersados todas las nefastas acciones que cometieron. Y sabrán que yo soy el Señor'.


O si yo hiciese venir contra ese país la espada y dijese: Que pase la espada por ese país y extermine hombres y animales,


Y el Señor le dijo: 'Ponle el nombre de 'No-mipueblo', porque vosotros no sois ya mi pueblo ni yo soy vuestro Dios'.


Los ojos del Señor Dios están sobre el reino pecador, y lo aniquilaré sobre la superficie de la tierra; sin embargo, no exterminaré completamente a la casa de Jacob, dice el Señor.


El rey, entonces, se irritó, mandó sus tropas a exterminar a aquellos asesinos e incendió su ciudad.


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