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1 Corintios 4:5 - Biblia Martin Nieto

5 Así pues, nada juzguéis antes de tiempo, hasta que venga el Señor, que iluminará los escondrijos de las tinieblas y pondrá de manifiesto las intenciones del corazón, y entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que merezca.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Así que no juzguen a nadie antes de tiempo, es decir, antes de que el Señor vuelva. Pues él sacará a la luz nuestros secretos más oscuros y revelará nuestras intenciones más íntimas. Entonces Dios le dará a cada uno el reconocimiento que le corresponda.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Por lo tanto, no juzguen antes de tiempo; esperen que venga el Señor. El sacará a la luz lo que ocultaban las tinieblas y pondrá en evidencia las intenciones secretas. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que se merece.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual sí sacará a luz lo oculto de las tinieblas y pondrá de manifiesto las intenciones de los corazones: entonces la alabanza le vendrá a cada uno de parte de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Así, pues, no juzguéis antes de tiempo, hasta que venga el Señor. Él iluminará lo que las tinieblas ocultan y pondrá al descubierto los designios del corazón. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que merece.

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1 Corintios 4:5
48 Referencias Cruzadas  

Arranca a las tinieblas sus secretos y saca a la luz la negra sombra.


El hombre es estimado según su prudencia, pero el corazón perverso caerá en el desprecio.


Goza, joven, de tu mocedad, y que tu corazón disfrute en los días de tu juventud. Sigue los caminos de tu corazón y los deseos de tus ojos. Pero sabe que de todo esto Dios te pedirá cuentas.


Dios nos pedirá cuentas de todas nuestras acciones, buenas o malas, aun de las que hayamos hecho en secreto.


Porque mis ojos vigilan todos sus caminos; no se me ocultan, ni su perversidad está fuera de mi vista.


He oído lo que dicen los profetas que profetizan mentiras en mi nombre. Dicen: 'He tenido un sueño, he tenido un sueño'.


Aman los sacrificios; ¡pues que los ofrezcan! Aman la carne; ¡que la coman! El Señor no se complace en ellos; ahora recordará su iniquidad, castigará su pecado y ellos volverán a Egipto.


Entonces vosotros volveréis a ver la diferencia que hay entre el justo y el injusto, entre quien sirve al Señor y quien no le sirve.


No les tengáis miedo, porque no hay nada tan oculto que no se llegue a descubrir, y nada tan secreto que no se llegue a saber.


Entonces aparecerá en el cielo la señal del hijo del hombre; todas las tribus de la tierra se golpearán el pecho y verán venir al hijo del hombre sobre las nubes del cielo con gran poder y majestad.


Dichoso ese criado si, al llegar su amo, lo encuentra cumpliendo con su deber.


El amo le dijo: ¡Bien, criado bueno y fiel!; has sido fiel en lo poco, te confiaré lo mucho. Entra en el gozo de tu señor.


Su amo le dijo: ¡Bien, criado bueno y fiel!; has sido fiel en lo poco, te confiaré lo mucho. Entra en el gozo de tu señor.


'No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados. Perdonad y seréis perdonados.


Jesús le dijo: 'Si yo quiero que éste se quede hasta que yo venga, a ti ¿qué? Tú sígueme'.


Y entre los hermanos se corrió la voz de que aquel discípulo no moriría. Y no le dijo que no moriría, sino: 'Si quiero que él quede hasta que yo venga, a ti ¿qué?'.


¿Cómo podéis creer, si sólo buscáis honores los unos de los otros, y no buscáis el honor que viene del Dios único?


¿Quién eres tú para juzgar al criado ajeno? Que se mantenga en pie o que caiga es algo que importa sólo a su amo; pero se mantendrá en pie, pues poderoso es el Señor para sostenerlo.


Por eso no tienes excusa, tú, quienquiera que seas, al juzgar; porque en lo que juzgas a otro, a ti mismo te condenas, ya que haces tú las mismas cosas que juzgas.


como se verá el día en que juzgue Dios los secretos del hombre, por medio de Jesucristo y según el evangelio que yo predico. Los judíos que violan la ley tienen mayor culpa.


sino que es judío el que lo es en el interior, y la verdadera circuncisión es la del corazón, según el espíritu, no según la letra; cuya alabanza no viene de los hombres, sino de Dios.


la vida eterna a los que, mediante la perseverancia en las buenas obras, buscan la gloria, el honor y la inmortalidad;


De este modo no carecéis de ningún carisma, mientras esperáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.


Pero si alguno quiere discutir este asunto, sepa que nosotros y la Iglesia no tenemos esta costumbre.


Pues siempre que coméis este pan y bebéis este cáliz anunciáis la muerte del Señor hasta que vuelva.


Pero cada uno por su turno: el primero, Cristo; luego, cuando Cristo vuelva, los que son de Cristo.


El trabajo de cada uno aparecerá claro el día del juicio, porque ese día se manifestará con fuego, y el fuego probará la obra de cada uno.


Si la obra resiste la prueba del fuego, recibirá el premio;


El que planta y el que riega son lo mismo, y cada uno recibirá la recompensa según su trabajo.


Porque no es digno de aprobación el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba.


Para que no parezca que quiero amedrentaros con mis cartas -


Rechazamos la desvergüenza y la hipocresía, no procedemos con astucia ni falsificamos la palabra de Dios. Decimos siempre la verdad, y esto es nuestra recomendación a toda conciencia humana delante de Dios.


pues todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba lo que mereció durante su vida mortal, conforme a lo que hizo, bueno o malo.


Vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá como el ladrón en la noche.


Y no hay criatura alguna que esté oculta ante ella, sino que todo está desnudo y descubierto a los ojos de aquel a quien debemos dar cuenta.


Hermanos, no habléis mal unos de otros. El que habla mal de su hermano o juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga la ley; y si juzgas la ley no eres cumplidor de la ley, sino juez.


Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. Ved cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando pacientemente hasta que caigan las lluvias tempranas y las tardías.


Hermanos, no os quejéis unos de otros, para que no seáis condenados. Mirad que el juez está a las puertas.


para que la pureza de vuestra fe mucho más preciosa que el oro que aunque acrisolado por el fuego se corrompe aparezca digna de alabanza de gloria y de honor cuando tenga lugar la manifestación de Jesucristo,


Y cuando aparezca el supremo pastor, recibiréis la corona imperecedera de la gloria.


mientras esperáis y aceleráis la venida del día de Dios, cuando los cielos incendiados se desintegrarán y los elementos quedarán hechos ceniza.


preguntarán: ¿En qué ha venido a quedar la promesa de que Cristo volvería? Nuestros padres han muerto y nada ha cambiado, todo sigue igual desde que el mundo es mundo.


Ya profetizó de ellos Henoc, séptimo patriarca después de Adán, diciendo: Mirad, el Señor viene con miles y miles de ángeles


Miradlo, viene entre nubes; lo verán todos, aun los que lo traspasaron, y se lamentarán sobre él todas las naciones de la tierra. Sí. Amén.


Vi los muertos, grandes y pequeños, en pie delante del trono; entonces fueron abiertos los libros; fue abierto también otro libro, el libro de la vida. Y los muertos fueron juzgados según el contenido de los libros, cada uno según sus obras.


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