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1 Corintios 4:4 - Biblia Martin Nieto

4 No me siento culpable de nada; pero no por esto quedo justificado, porque quien me juzga es el Señor.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

4 Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Tengo la conciencia limpia, pero eso no demuestra que yo tenga razón. Es el Señor mismo quien me evaluará y tomará la decisión.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 A pesar de que no veo nada que reprocharme, eso no basta para justificarme: el Señor me juzgará.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 porque aunque de nada me acusa mi conciencia, no por eso soy justificado, pues el que me juzga es el Señor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Aunque la conciencia de nada me remuerde, no por eso quedo justificado; mi juez es el Señor.

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1 Corintios 4:4
24 Referencias Cruzadas  

No entables juicio contra mí, pues ante ti ningún viviente es justo.


Si tienes en cuenta nuestros delitos, ¿quién podrá resistir, Señor?


Nos sentimos orgullosos de que nuestra conciencia nos asegure que nos hemos comportado con todo el mundo, y especialmente con vosotros, con la sencillez y la sinceridad que Dios da, y no por la sabiduría humana, sino por la gracia de Dios.


A los ojos del hombre todos sus caminos son rectos, pero es el Señor quien pesa los corazones.


Por eso tu servidor se instruye en ellos, en guardarlos encuentra gran provecho.


pues todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba lo que mereció durante su vida mortal, conforme a lo que hizo, bueno o malo.


Así pues, nada juzguéis antes de tiempo, hasta que venga el Señor, que iluminará los escondrijos de las tinieblas y pondrá de manifiesto las intenciones del corazón, y entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que merezca.


Porque para ser justos ante Dios no basta con escuchar la ley: hay que cumplirla.


Heme aquí, mezquino soy; ¿qué puedo responderte? ¡Pongo la mano en la boca!


Me aferraré a mi justicia y no la soltaré; mi corazón no tendrá que avergonzarse de mis días.


¿Cómo, pues, puede ante Dios ser justo un hombre? ¿Cómo puro el nacido de mujer?


Pablo, mirando fijamente al tribunal, dijo: 'Hermanos, yo me he comportado con buena conciencia ante Dios hasta el día de hoy'.


Por tercera vez le preguntó: 'Simón, hijo de Juan, ¿me amas?'. Pedro se entristeció porque le había preguntado por tercera vez si lo amaba, y le respondió: 'Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo'. Jesús le dijo: '¡Apacienta mis ovejas!'.


¿Cómo puede ser puro un hombre? ¿Cómo puede ser justo el nacido de mujer?


Si me creo justo, puede su boca condenarme; declararme culpable, si me estimo inocente.


Si Abrahán hubiera sido justificado por el cumplimiento de la ley, podría estar orgulloso, aunque nunca ante Dios.


Que los cielos pregonen su justicia, porque el juez es Dios mismo.


mi pie está firme en el camino recto, en la asamblea bendeciré al Señor.


Muchos buscan el favor del príncipe, pero el derecho de cada uno viene del Señor.


A mí poco me importa ser juzgado por vosotros o por un tribunal humano. Ni yo mismo me juzgo.


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