24 (25) Entonces le rogué: «Para ti, Dios mío, los años no tienen fin; ¡no me lleves en plena juventud!
Dije: Dios mío, no me cortes en la mitad de mis días; Por generación de generaciones son tus años.
Pero clamé a él: «Oh mi Dios, el que vive para siempre, ¡no me quites la vida en la flor de mi juventud!
pero yo digo: Dios mío, no me arranques a mitad de mis días, siendo que tus años corren de edad en edad.
Digo: ¡Dios mío, no me arrebates° en la mitad de mis días! Tú, cuyos años se miden por generaciones.
Mis fuerzas se han quebrado en el camino, mis días se han menguado.