Salmos 102:10 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

¹⁰ 10 (11) ¡Te enojaste, te llenaste de furia! ¡Me levantaste, para derribarme después!

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹⁰ A causa de tu enojo y de tu ira; Pues me alzaste, y me has arrojado.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁰ a causa de tu enojo y de tu ira, pues me levantaste y me echaste.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁰ debido a tu cólera y a tu furor pues me arrancaste y me tiraste al suelo.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁰ A causa de tu indignación y de tu ira, Porque me alzaste en vilo y me arrojaste.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁰ Por pan como cenizas, mi bebida se mezcla con mi llanto.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹⁰ a causa de tu enojo y de tu ira; pues me alzaste, y me has arrojado.

Salmos 102:10 Referencias Cruzadas

2 Crónicas 25:8

Dios es el que concede la victoria o castiga con la derrota; si tú insistes en reforzar tu ejército con la ayuda de ellos, Dios hará que tus enemigos te derroten.

Salmos 147:6

Dios levanta a los humildes, pero humilla a los malvados.

Salmos 38:18

18 (19) Debo reconocer mi maldad; me llena de angustia haber pecado.

Salmos 38:3

3 (4) Tan grande ha sido tu disgusto que nada sano tengo en el cuerpo; tan grande ha sido mi pecado que no tengo paz en los huesos.

Salmos 39:11

11 (12) Tú castigas a la gente y corriges su maldad; destruyes como polilla lo que ellos más valoran. ¡Nadie dura más que un suspiro!

Salmos 42:4

4 (5) Cuando me acuerdo de esto, me invade el sufrimiento; recuerdo cuando iba camino hacia tu templo guiando multitudes; recuerdo las grandes fiestas, y los gritos de alegría cuando tu pueblo te alababa.

Lamentaciones 1:18

Siempre Dios hace lo justo, pero yo soy muy rebelde. ¡Escuchen, naciones todas! ¡Miren cómo sufro! ¡El enemigo se llevó prisioneros a todos mis habitantes!

Lamentaciones 5:16

¡Pobres de nosotros! Por el pecado perdimos el reino.

Romanos 3:19

Sabemos que la ley de Moisés tiene valor para los que se someten a ella. Y lo que la ley dice, es para que nadie pueda declararse inocente; es para que todo el mundo se reconozca culpable ante Dios.

2 Corintios 4:9

La gente nos persigue, pero Dios no nos abandona. Nos hacen caer, pero no nos destruyen.