No sufrirás las desgracias que caen sobre los malvados.
No tendrás temor de pavor repentino, Ni de la ruina de los impíos cuando viniere,
No hay por qué temer la calamidad repentina ni la destrucción que viene sobre los perversos,
No temerás una catástrofe repentina o el ataque imprevisto de los malhechores.
No temerás el pavor repentino, Ni el ataque de los impíos cuando venga,
No temerás el espanto repentino ni la tormenta que cae sobre el malvado,