El que es inteligente con un regaño aprende, pero el que es necio ni con cien golpes entiende.
La reprensión aprovecha al entendido, Más que cien azotes al necio.
Es más efectivo un solo regaño al que tiene entendimiento que cien latigazos en la espalda del necio.
Una amonestación tiene más efecto sobre un hombre inteligente que cien bastonazos sobre un tonto.
Una sola reprensión aprovecha al prudente Más que cien golpes al imprudente.
Un reproche impresiona más al cuerdo que cien azotes al insensato.