Finalmente, el dueño envió a su hijo, porque pensó: “Esos hombres sí respetarán a mi hijo.”
Finalmente les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo.
»Finalmente, el dueño envió a su propio hijo porque pensó: “Sin duda, respetarán a mi hijo”.
Por último envió a su hijo, pensando: 'A mi hijo lo respetarán'.
Finalmente, les envió a su hijo, pensando: Respetarán a mi hijo.
Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: 'A mi hijo lo respetarán'.