Hechos 18:10 - Biblia Torres Amat 1825

¹⁰ pues que yo estoy contigo, y nadie llegará a maltratarte; porque ha de ser mía mucha gente en esta ciudad.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹⁰ porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁰ Pues yo estoy contigo, y nadie te atacará ni te hará daño, porque mucha gente de esta ciudad me pertenece».

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁰ pues en esta ciudad me he reservado un pueblo numeroso. Yo estoy contigo y nadie podrá hacerte daño.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁰ porque Yo estoy contigo, y ninguno te acometerá para dañarte, porque tengo un gran pueblo° en esta ciudad.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁰ que yo estoy contigo, y nadie osará hacerte daño, porque tengo yo en esta ciudad un pueblo numeroso'.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹⁰ porque yo estoy contigo, y nadie vendrá sobre ti para dañarte; porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.

Hechos 18:10 Referencias Cruzadas

Éxodo 4:12

Anda, pues, que yo estaré en tu boca, y te enseñaré lo que has de hablar.

Isaías 41:10

Sábete que quedarán confundidos y avergonzados todos aquellos que te hacen guerra; serán como si no fuesen, y perecerán los que te contradicen.

Isaías 43:2

porque yo soy el Señor Dios tuyo, el Santo de Israel, tu Salvador ; yo di por tu rescate a Egipto, Etiopía y Sabá.

Isaías 54:17

Ningún instrumento preparado contra ti te hará daño; y tú condenarás toda lengua que se presente en juicio contra ti. Esta es la herencia de los siervos del Señor, y ésta es la justicia que deben esperar de mí, dice el Señor.

Isaías 8:10

Pues esto me dijo el Señor cuando con mano poderosa me corrigió, advirtiéndome que no siguiese los pasos de este pueblo: Mira,

Mateo 1:23

Sabed que una virgen concebirá y tendrá un hijo, a quien pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa Dios con nosotros.

Mateo 10:30

Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.

Mateo 28:20

enseñándolas a observar todas las cosas que yo os he mandado. Y estad ciertos que yo mismo estaré siempre con vosotros, hasta la consumación de los siglos.

Lucas 21:18

No obstante, ni un cabello de vuestra cabeza se perderá.

Juan 10:16

Tengo también otras ovejas, que no son de este aprisco, las cuales debo yo recoger, y oirán mi voz; y de todas se hará un solo rebaño, y un solo pastor.

Juan 11:52

y no solamente por la nación judaica, sino también para congregar en un cuerpo a los hijos de Dios, que estaban dispersos.

Hechos 15:14

Simón os ha manifestado de qué manera ha comenzado Dios desde el principio a mirar favorablemente a los gentiles, escogiendo entre ellos un pueblo consagrado a su Nombre.

Hechos 15:18

Desde la eternidad tiene conocida el Señor su obra.

Hechos 18:11

Con esto se detuvo aquí año y medio, predicando la palabra de Dios.

Hechos 18:9

Entonces el Señor, apareciéndose una noche a Pablo, le dijo: No tienes que temer, prosigue predicando, y no dejes de hablar;

Romanos 8:31

Después de esto, ¿qué diremos ahora? Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?

2 Corintios 12:9

y me respondió: Bástate mi gracia, porque el poder mío brilla y consigue su fin por medio de la flaqueza. Así que con gusto me gloriaré de mis flaquezas o enfermedades, para que haga morada en mí el poder de Cristo .

2 Timoteo 4:17

El Señor me librará de todo pecado, y me conducirá a su reino celestial, a él sea dada la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

2 Timoteo 4:22

Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo para instruir a los escogidos de Dios en la fe y en el conocimiento de la verdad que es según la piedad,

Josué 1:5

Ninguno de esos pueblos podrá resistiros en todo el tiempo de tu vida: como estuve con Moisés, así estaré contigo: no te dejaré ni te desampararé.

Josué 1:9

Mira que yo soy el que te lo mando; buen ánimo y sé constante. No temas ni desmayes; porque contigo está el Señor Dios tuyo a cualquier parte que vayas.

Jueces 2:18

mas luego que moría el juez, reincidían, y hacían cosas mucho peores que las que habían hecho sus padres, siguiendo a los dioses ajenos, sirviéndolos y adorándolos. No dejaron sus devaneos, ni el obstinado tenor de vida a que se habían acostumbrado.