2 Reyes 11:10 - La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁰ Y el sacerdote entregó a los capitanes de centuria la lanza y los escudos que habían sido del rey David, que estaban en la Casa de YHVH.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹⁰ Y el sacerdote dio a los jefes de centenas las lanzas y los escudos que habían sido del rey David, que estaban en la casa de Jehová.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁰ quien les dio las lanzas y los escudos pequeños que habían pertenecido al rey David y estaban guardados en el templo del Señor.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁰ El sacerdote les pasó a los oficiales las lanzas y escudos del rey David que se guardaban en la casa de Yavé;'

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁰ Éste entregó a los jefes de las centurias las lanzas y los escudos del rey David, que estaban en el templo de Yahveh.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹⁰ Y el sacerdote dio a los centuriones las lanzas y los escudos que habían sido del rey David, que estaban en el templo de Jehová.

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

¹⁰ El sacerdote les dio a los capitanes las lanzas y los escudos que estaban en el templo, y que habían sido del rey David.

2 Reyes 11:10 Referencias Cruzadas

2 Samuel 8:7

Y tomó David los escudos de oro que tenían los siervos de Hadad-ezer y los llevó a Jerusalem.

2 Reyes 11:11

Y los de la escolta, cada uno con sus armas en la mano, se emplazaron desde el lado sur de la Casa hasta el lado norte,° mirando hacia el altar y la Casa, alrededor del rey.

1 Crónicas 18:7

Y tomó David los escudos de oro que tenían los siervos de Hadad-ezer y los llevó a Jerusalem.

2 Crónicas 5:1

Acabada la obra que hizo Salomón para la Casa de YHVH, metió Salomón los objetos que su padre David había consagrado: la plata, el oro, y todos los utensilios, y los depositó en la tesorería de la Casa de Dios.

1 Samuel 21:9

Y dijo el sacerdote: La espada de Goliat el filisteo, a quien mataste en el valle de Ela, está aquí envuelta en un paño detrás del éfod. Si quieres tomarla, tómala, porque no hay otra sino ésa. Y dijo David: Ninguna como ella. ¡Dámela!