Salmos 52:7 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁷ Así te arrasará Dios para siempre, al asirte y tirarte de tu tienda, y arrancarte de raíz de la tierra de los vivos. Selah

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

⁷ He aquí el hombre que no puso a Dios por su fortaleza, Sino que confió en la multitud de sus riquezas, Y se mantuvo en su maldad.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁷ «Miren lo que les pasa a los guerreros poderosos que no ponen su confianza en Dios, sino que confían en sus riquezas y se vuelven más y más atrevidos en su maldad».

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁷ Por eso Dios te aplastará, te va a tomar y echarte de tu tienda, te extirpará de la tierra de los vivos.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁷ ¡Ved al hombre que no puso a ’Elohim como su baluarte, Sino que confió en sus muchas riquezas y se hizo fuerte en su maldad!

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

⁷ He aquí el hombre que no puso a Dios por su fortaleza, sino que confió en la multitud de sus riquezas; y se mantuvo en su maldad.

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

⁷ 7 (9) «¡Así acabarás, campeón de la violencia, pues no buscas refugio en Dios! ¡Y así acabarán los ricos, que solo confían en las riquezas!»

Salmos 52:7 Referencias Cruzadas

Proverbios 2:22

mientras los perversos serán expulsados y los impíos arrancados de ella.

Eclesiastés 8:8

Nadie tiene poder sobre el aliento para detenerlo, ni nadie es dueño del día de su muerte. Nadie se libra del combate, ni el crimen salva a su autor.

Jeremías 17:5

Así dice Yahveh: Maldito el hombre que confía en el hombre, que hace de la carne su apoyo y aparta de Yahveh su corazón.

Juan 19:5

Salió, pues, Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y les dice Pilato: '¡Aquí tenéis al hombre!'.

1 Timoteo 6:17

A los ricos de este mundo, recomiéndales que no sean altivos, ni pongan su esperanza en cosa tan insegura como la riqueza, sino en Dios, que nos provee de todo espléndidamente para nuestra satisfacción;

Jueces 5:27

A sus pies se encorvó, cayó, quedó tendido, se encorvó, cayó a sus pies; donde se encorvó, allí cayó exánime.