Salmos 50:15 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁵ Invócame en el día de la angustia: te libraré y tú me darás gloria.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹⁵ E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁵ Luego llámame cuando tengas problemas, y yo te rescataré, y tú me darás la gloria».

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁵ invócame en el día de la angustia, te libraré y tú me darás gloria.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁵ Invócame entonces en el día de angustia, Yo te libraré, y tú me honrarás.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹⁵ Invócame en el día de la angustia; y te libraré, y tú me honrarás.

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

¹⁵ ¡Llámame cuando tengas problemas! Yo vendré a salvarte, y tú me darás alabanza».

Salmos 50:15 Referencias Cruzadas

2 Reyes 20:2

Entonces Ezequías volvió el rostro hacia la pared y dirigió a Yahveh esta plegaria:

2 Crónicas 20:9

'Si nos sobreviniere alguna calamidad -espada, castigo, peste o hambre-, nos presentaremos ante este templo, ante tu presencia -pues tu nombre está en este templo-, te invocaremos en nuestra aflicción y tú nos oirás y nos salvarás'.

Job 22:27

Tú le invocarás, y él te escuchará; entonces cumplirás tus promesas.

Salmos 107:19

En la angustia clamaron al Señor y él los libró de sus pesares.

Salmos 107:28

En la angustia se vuelven al Señor y él los saca de pesares;

Salmos 120:1

Canto gradual. Hacia el Señor, en medio de pesares, yo clamo y él me atiende.

Salmos 22:23

Yo hablaré de tu nombre a mis hermanos, en la asamblea plena cantaré tus alabanzas.

Salmos 34:5

Dálet. Cuando busco al Señor, él me responde y me libra de todos mis terrores.

Salmos 34:7

Zain. Cuando el pobre lo invoca, él escucha y lo libra de todos sus aprietos.

Salmos 4:2

Al invocarte atiéndeme, oh Dios, mi liberador. Tú eres quien me alivia en las angustias: apiádate y escucha mi plegaria.

Salmos 50:23

El que ofrece acción de gracias me da gloria y al perfecto de conducta daré a ver mi salvación.

Salmos 77:2

Mi voz hacia el Señor, yo me lamento, mi voz hacia el Señor, y él me escucha.

Salmos 77:3

En día de pesares busco yo al Señor: mi mano, por la noche, se tiende sin reposo y mi alma rehúsa consolarse.

Salmos 81:7

'Aligeré la carga de sus espaldas, sus manos se libraron de la espuerta'.

Salmos 86:5

Tú eres bueno, Señor, e indulgente, generoso en favores para todo el que te invoca.

Salmos 86:7

En día de pesares yo te invoco, y tú me sabrás responder.

Salmos 91:15

Él me invoca y yo lo atiendo, en la angustia estoy con él para librarle y ponerlo en dignidad.

Jeremías 39:17

Pero en aquel día yo te libraré -oráculo de Yahveh-, para que no seas entregado en mano de los hombres que temes.

Zacarías 13:9

Meteré ese tercio en el fuego: los purificaré como se purifica la plata y los probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y yo lo escucharé y diré: 'Éste es mi pueblo'. Y él dirá: 'Yahveh es mi Dios'.'

Mateo 5:16

Alumbre así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Lucas 22:44

Y en medio de la angustia, seguía orando con más intensidad. Su sudor era como gruesas gotas de sangre que caían en tierra].

Juan 15:8

En esto consiste la gloria de mi Padre: en que deis mucho fruto y así manifestéis ser mis discípulos.'

Hechos 16:25

Alrededor de la media noche Pablo y Silas, puestos en oración, cantaban himnos a Dios; los restantes presos les estaban escuchando.

Santiago 5:13

¿Está mal alguno de entre vosotros? Que ore. ¿Está de buen ánimo? Que cante himnos.

1 Pedro 4:11

El que predica, hágalo como quien profiere palabras de Dios; el que ejerce un ministerio, como quien tiene poder otorgado por Dios. Y así, en todas las cosas será Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenece la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.

1 Pedro 4:14

Dichosos vosotros si sois ultrajados por el nombre de Cristo, porque el espíritu de la gloria, el de Dios, descansa sobre vosotros.

Jueces 15:19

Entonces Dios hendió la cavidad que hay en Lejí, y de ella brotó agua. Bebió, recuperó el espíritu y se reanimó. Por eso se le puso el nombre de En Hacoré, que existe hasta el día de hoy en Lejí.