Salmos 40:11 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹¹ No encierro tu justicia dentro del corazón; tu lealtad y tu auxilio los publico, y no oculto a la gran asamblea tus mercedes y tu fidelidad.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹¹ Jehová, no retengas de mí tus misericordias; Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹¹ Señor, no me prives de tus tiernas misericordias; que tu amor inagotable y tu fidelidad siempre me protejan.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹¹ ¡Tú, Señor, no me niegues tu ternura, que tu amor y tu verdad me guarden siempre!

La Biblia Textual 3a Edicion

¹¹ Tú, pues, oh YHVH, no retengas de mí tus misericordias, Y tu bondad y fidelidad me guarden siempre.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹¹ Tú, oh Jehová, no retengas de mí tus misericordias; tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

¹¹ 11 (12) Y tú, Dios mío, no me dejes sin tus cuidados; por tu gran fidelidad, nunca dejes de protegerme.

Salmos 40:11 Referencias Cruzadas

Salmos 23:6

Sólo bien y favor me van siguiendo todos los días de mi vida. Mi morada es la casa del Señor por los días de los días.

Salmos 43:3

Manda tu luz y tu verdad que ellas me hagan de guía: me llevarán a tu montaña santa, al lugar de tu morada.

Salmos 57:3

Yo invoco al Dios Altísimo, al Dios que cumple en mi favor,

Salmos 61:7

A los días del rey añades días, y sus años son largos como las generaciones.

Salmos 69:13

Los que están a las puertas murmuran contra mí, y soy la cantinela de los bebedores de licor.

Salmos 69:16

no me arrollen sus corrientes, no me trague el abismo y que no cierre el pozo su boca sobre mí.

Salmos 85:10

Su socorro está cercano al que le teme con su gloria morando en nuestra tierra.

Salmos 89:2

El amor del Señor quiero cantar por siempre, anunciar tu lealtad por las generaciones.

Proverbios 20:28

Bondad y lealtad protegen al rey; apoya su trono en la justicia.

Hebreos 5:7

Cristo, en los días de su vida mortal, presentó, a gritos y con lágrimas, oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado en atención a su piedad reverencial.