Números 5:28 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁸ Pero si la mujer no se manchó y es pura, quedará lisa, y será fecunda.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

²⁸ Mas si la mujer no fuere inmunda, sino que estuviere limpia, ella será libre, y será fecunda.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁸ Pero si ella no se ha contaminado y es pura, entonces saldrá ilesa y todavía podrá tener hijos.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁸ Pero si la mujer no se hizo impura, sino que ha sido fiel, no sufrirá y podrá tener hijos.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁸ Pero si la mujer no se ha mancillado y es pura, quedará ilesa y tendrá descendencia.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

²⁸ Mas si la mujer no fuere inmunda, sino que estuviere limpia, ella será libre, y será fecunda.

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

²⁸ »Pero si la mujer no engañó a su marido, no le pasará nada malo y podrá tener hijos.

Números 5:28 Referencias Cruzadas

Salmos 113:9

él instala a la estéril de la casa como madre gozosa de familia. Aleluya.

Números 5:19

conjurará a la mujer: 'Si ningún hombre ha dormido contigo, no te has desviado ni deshonrado desde que te desposaste con tu marido, que no te dañe este agua amarga portadora de maldición.

Números 5:27

Una vez haya ella bebido aguas, sucederá que, si se ha manchado y ha sido infiel a su marido, penetrará en ella el agua de la maldición y le será amarga; se le hinchará el vientre y languidecerán sus caderas, y se convertirá en objeto de imprecación en medio de su pueblo.

Números 5:29

Éste es el rito de los celos, para cuando una mujer se haya desviado, siendo ya casada, y se haya manchado;

2 Corintios 4:17

Porque el momento pasajero de nuestra tribulación va produciendo en nosotros un peso eterno de gloria cada vez más inmenso.

Deuteronomio 24:1

Cuando un hombre toma una mujer y se casa con ella y luego no le gusta porque descubre en ella algo que le desagrada, le escribirá un certificado de divorcio, se lo entregará y la despedirá de su casa.

1 Pedro 1:7

Así la calidad de vuestra fe, de más valor que el oro que, aun después de acrisolado por el fuego perece, se convertirá en alabanza, gloria y honor en la manifestación de Jesucristo.