Salmos 16:8 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

⁸ A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra no seré conmovido.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

⁸ A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁸ Sé que el Señor siempre está conmigo. No seré sacudido, porque él está aquí a mi lado.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁸ Por eso está alegre mi corazón, mis sentidos rebosan de júbilo y aún mi carne descansa segura:

La Biblia Textual 3a Edicion

⁸ A YHVH he puesto siempre delante de mí, Porque está a mi diestra, no seré conmovido.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁸ Al Señor tengo yo siempre ante mis ojos: estando él a mi diestra jamás sucumbiré.

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

⁸ Yo siempre te tengo presente; si tú estás a mi lado, nada me hará caer.

Salmos 16:8 Referencias Cruzadas

Salmos 109:31

Porque Él se pondrá a la diestra del pobre, para librarlo de los que condenan su alma.

Salmos 110:5

El Señor está a tu diestra; herirá a los reyes en el día de su furor:

Salmos 121:5

Jehová es tu guardador: Jehová es tu sombra a tu mano derecha.

Salmos 139:18

Si los contara, serían más numerosos que la arena; al despertar aún estoy contigo.

Salmos 15:5

quien su dinero no dio a usura, ni contra el inocente tomó cohecho. El que hace estas cosas, jamás será removido.

Salmos 21:8

Alcanzará tu mano a todos tus enemigos; tu diestra alcanzará a los que te aborrecen.

Salmos 62:3

¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre? Pereceréis todos vosotros, caeréis como pared desplomada, como cerca derribada.

Salmos 62:6

Sólo Él es mi Roca y mi salvación. Él es mi refugio, no seré movido.

Salmos 62:7

En Dios está mi salvación y mi gloria: En Dios está la roca de mi fortaleza, y mi refugio.

Salmos 73:23

Con todo, yo siempre estuve contigo; Me trabaste de mi mano derecha.

Salmos 73:26

Mi carne y mi corazón desfallecen; mas Dios es la fortaleza de mi corazón, y mi porción para siempre.

Hebreos 11:27

Por fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.