2 Timoteo 2:13 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹³ Si fuéremos incrédulos, Él aún permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹³ Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹³ Si somos infieles, él permanece fiel, pues él no puede negar quién es.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹³ Si somos infieles, él permanece fiel, pues no puede desmentirse a sí mismo.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹³ Si somos infieles, Él permanece fiel, Porque no puede negarse a sí mismo.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹³ si le somos infieles, él sigue siendo fiel, pues no puede negarse a sí mismo.

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

¹³ Y aunque no seamos fieles, Cristo permanece fiel; porque él jamás rompe su promesa.

2 Timoteo 2:13 Referencias Cruzadas

Isaías 25:1

Oh Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre; porque has hecho maravillas, tus consejos antiguos son fidelidad y verdad.

Números 23:19

Dios no es hombre, para que mienta; ni hijo de hombre para que se arrepienta: Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?

Mateo 24:35

El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.

Romanos 3:3

¿Y qué si algunos de ellos no han creído? ¿La incredulidad de ellos hará nula la fe de Dios?

Romanos 9:6

No como si la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que son de Israel son israelitas;

1 Corintios 1:9

Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión de su Hijo Jesucristo nuestro Señor.

Deuteronomio 7:9

Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta las mil generaciones;

1 Tesalonicenses 5:24

Fiel es el que os llama; el cual también lo hará.

2 Tesalonicenses 3:3

Mas fiel es el Señor, que os confirmará y guardará del mal.

Tito 1:2

en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no puede mentir, prometió desde antes del principio de los siglos,

Hebreos 6:18

para que por dos cosas inmutables, en las cuales, es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo, los que nos hemos refugiado asiéndonos de la esperanza puesta delante de nosotros.