Hechos 8:1 - Biblia Palabra de Dios para Todos

¹ También Saulo estuvo de acuerdo con el asesinato de Esteban. A partir de ese día empezó una gran persecución contra la iglesia de Jerusalén. Toda la iglesia huyó a diferentes lugares de Judea y Samaria. Solo los apóstoles se quedaron en Jerusalén.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹ Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹ Saulo fue uno de los testigos y estuvo totalmente de acuerdo con el asesinato de Esteban. Ese día comenzó una gran ola de persecución que se extendió por toda la iglesia de Jerusalén; y todos los creyentes excepto los apóstoles fueron dispersados por las regiones de Judea y Samaria.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹ Saulo estaba allí y aprobaba el asesinato. Este fue el comienzo de una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹ Saulo consintió en su asesinato, y en aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia en Jerusalem, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹ Saulo estaba de acuerdo con aquella muerte. Comenzó aquel día una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén y todos se dispersaron por los lugares de Judea y de Samaría, a excepción de los apóstoles.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹ Y Saulo consentía en su muerte. Y en aquel tiempo fue hecha una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles.

Hechos 8:1 Referencias Cruzadas

Nehemías 6:3

Entonces les envié unos mensajeros con esta respuesta: «Estoy haciendo un trabajo muy importante y no tengo tiempo para ir a hablar con ustedes. No voy a detener las obras para ir a reunirme con ustedes».

Daniel 6:10

Daniel, sabiendo que el rey había firmado esa ley, de inmediato se fue a su casa y abrió las ventanas del segundo piso que daban hacia Jerusalén, y se arrodilló para orar y dar gracias a Dios, tal como siempre lo hacía tres veces al día.

Daniel 6:23

El rey se alegró y ordenó que sacaran a Daniel del foso de los leones. Cuando lo sacaron de allí, vieron que no tenía ni un rasguño porque había confiado en su Dios.

Mateo 22:6

otros ataron a los siervos del rey, los torturaron y los mataron.

Mateo 23:34

Por eso les digo esto: les enviaré profetas, hombres sabios y maestros. Ustedes matarán a unos de ellos y los colgarán en la cruz. A otros los golpearán en sus sinagogas y los perseguirán de pueblo en pueblo.

Mateo 5:13

»Ustedes son la sal de la tierra, pero si la sal pierde su sabor, ¿cómo podría volver a ser salada? Ya no sirve para nada sino para ser tirada y pisada por la gente.

Juan 15:20

Recuerden lo que les dije: “Un siervo no es más que su amo”. Si ellos me persiguieron, también los van a perseguir a ustedes. Si obedecieron lo que les enseñé, también obedecerán lo que ustedes les enseñen.

Juan 16:2

Ellos los expulsarán de la sinagoga, de hecho, va a llegar el día en que todo el que mate a uno de ustedes pensará que está sirviendo a Dios.

Hechos 1:8

Pero cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes, recibirán poder. Serán mis testigos en Jerusalén, en toda la región de Judea y Samaria y en todo el mundo.

Hechos 13:1

Los profetas y maestros de la iglesia de Antioquía eran Bernabé; Simón, también llamado el Negro; Lucio, de la ciudad de Cirene; Manaén, que se había criado con Herodes el gobernante, y Saulo.

Hechos 13:36

En vida, David hizo lo que Dios quería. Después murió y lo enterraron con sus antepasados. Su cuerpo se pudrió en la tumba,

Hechos 2:47

alababan a Dios y todo el pueblo los estimaba mucho. Cada día el Señor añadía a la iglesia a los que iban siendo salvos.

Hechos 22:20

Y cuando mataron a Esteban, tu testigo, yo estaba presente y estuve de acuerdo con que lo mataran. Hasta cuidé las túnicas de los que lo estaban matando”.

Hechos 26:10

Eso fue lo que hice en Jerusalén, en donde con autorización de los jefes de los sacerdotes mandé meter en la cárcel a muchos creyentes. Cuando los mataban, yo estaba de acuerdo

Hechos 5:18

Así que arrestaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel.

Hechos 5:20

«Vayan al área del templo y cuéntenle a la gente todo el mensaje de la nueva vida».

Hechos 5:33

Al oír esto, se enfurecieron tanto que empezaron a planear cómo matar a los apóstoles.

Hechos 5:40

Así que llamaron a los apóstoles, los azotaron y les ordenaron que no siguieran hablando en el nombre de Jesús. Luego los dejaron ir.

Hechos 7:38

Es el mismo Moisés que estaba con nuestros antepasados en la reunión que hubo en el desierto. Él también estuvo con el ángel que le habló en el monte Sinaí. Moisés recibió palabras que dan vida y nos las dio a nosotros.

Hechos 7:54

Al escuchar eso, se molestaron tanto que se les veía en la cara lo furiosos que estaban.

Hechos 7:58

Lo sacaron a empujones de la ciudad y empezaron a apedrearlo. Los que dieron falso testimonio contra Esteban dejaron sus mantos al cuidado de un joven llamado Saulo.

Hechos 8:14

Cuando los apóstoles supieron en Jerusalén que los de Samaria había aceptado la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan.

Hechos 8:2

Unos hombres piadosos enterraron a Esteban y lloraron mucho por él.

Hechos 8:4

Sin embargo, todos los que huían iban anunciado el mensaje de las buenas noticias de salvación por dondequiera que iban.

Hechos 8:5

Felipe fue a la ciudad de Samaria y allí anunció el mensaje acerca del Mesías.

Hechos 9:31

Así que la iglesia disfrutó de paz por toda Judea, Galilea y Samaria. Se fortalecía y progresaba, viviendo de una manera que mostraba mucho respeto por el Señor. La iglesia crecía animada por el Espíritu Santo.

Romanos 1:32

Aunque saben que la ley de Dios dice que quienes hacen esto merecen morir, no les importa y siguen haciéndolo. Además afirman que están en lo correcto los que hacen todo eso.

Filipenses 1:12

Hermanos, quiero que sepan que lo que me ha pasado ha servido para que se conozca más la buena noticia de salvación.

Hebreos 11:27

Por la fe, Moisés salió de Egipto sin temer al enojo del rey. Siguió firme como si estuviera viendo al Dios invisible.