Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Juan 17:9 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

9 Yo te ruego por ellos. No te ruego por los del mundo, sino por los que tú me confiaste, ya que a ti te pertenecen.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son,

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

9 »Mi oración no es por el mundo, sino por los que me has dado, porque te pertenecen.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Yo ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que son tuyos y que tú me diste

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me has dado, pues son tuyos,

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me has dado porque tuyos son.

Ver Capítulo Copiar




Juan 17:9
17 Referencias Cruzadas  

pero yo he pedido por ti, para que tu fe no falte. Y tú, cuando vuelvas en ti, ayuda a tus hermanos a permanecer firmes.


Jesús entonces decía: - Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Los soldados se repartieron las ropas de Jesús echándolas a suertes.


Cuando los porquerizos vieron lo sucedido, salieron huyendo y contaron en el pueblo y por sus alrededores todo lo que había pasado.


Si me amáis de verdad, obedeceréis mis mandamientos,


Tú le diste autoridad sobre todos los hombres; que él dé ahora la vida eterna a todos los que tú le has confiado.


Y no te ruego sólo por ellos; te ruego también por todos los que han de creer en mí por medio de su mensaje.


He procurado que te conociesen aquellos que tú sacaste del mundo para confiármelos a mí. Eran tuyos; tú me los confiaste, y han obedecido tu mensaje.


Todo aquel que el Padre me confía vendrá a mí, y yo nunca rechazaré al que venga a mí.


Y lo que el Padre desea es que yo no pierda a ninguno de los que él me ha confiado, sino que los resucite en el último día.


Puede, por tanto, salvar de forma definitiva a quienes por medio de él se acercan a Dios; no en vano vive siempre intercediendo por ellos.


Y así, Cristo no entró en un santuario construido por hombres - imagen del verdadero santuario -, sino en el mismo cielo, donde ahora intercede por nosotros en presencia de Dios.


Sabemos también que somos de Dios, mientras que el mundo entero está sometido al maligno.


Mientras tanto resonó en el cielo una voz poderosa que decía: - Ya está aquí la salvación, y el poder, y el reino de nuestro Dios; ya está aquí la soberanía de su Cristo. Ha sido reducido a la impotencia el que día y noche acusaba a nuestros hermanos delante de nuestro Dios.


Entre todos los habitantes de la tierra, sólo los inscritos en el libro de la vida del Cordero degollado dejarán de rendir vasallaje a la bestia.


Allí fueron arrojados también aquellos cuyo nombre no esta inscrito en el libro de la vida.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos