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Apocalipsis 7:2 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

2 Desde el Oriente, entre tanto, subía otro ángel, que llevaba consigo el sello del Dios vivo y que gritaba con voz poderosa a los cuatro ángeles encargados de arrasar la tierra y el mar. Les decía:

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Vi a otro ángel que subía del oriente llevando el sello del Dios viviente. Gritó a los cuatro ángeles que habían recibido poder para dañar la tierra y el mar:

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Luego vi a otro ángel que subía desde el oriente y llevaba el sello del Dios vivo. Gritó con voz poderosa a los cuatro ángeles autorizados para causar daño a la tierra y al mar:

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Vi también a otro ángel subiendo del nacimiento del sol, que tenía un sello del Dios vivo, y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes les había sido concedido dañar la tierra y el mar,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Vi a otro ángel que subía de la parte del oriente y tenía el sello de Dios vivo. Y gritó con gran voz a los cuatro ángeles a quienes fue dado poder para dañar a la tierra y al mar,

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Apocalipsis 7:2
29 Referencias Cruzadas  

Entonces Simón Pedro declaró: - ¡Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo!


Pero Jesús permaneció en silencio. El sumo sacerdote le conminó: - ¡En nombre del Dios vivo, te exijo que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios!


¡Ojalá no os preocupase tanto el alimento transitorio y os esforzaseis por conseguir el duradero, el que da vida eterna! Este es el alimento que os dará el Hijo del hombre, a quien Dios Padre ha acreditado con el sello de su autoridad.


nos marcó con su sello e hizo habitar en nosotros el Espíritu como prenda de salvación.


Y vosotros también, los que habéis oído el mensaje de la verdad y habéis acogido con fe el anuncio feliz de vuestra salvación, al ser injertados en Cristo, habéis sido sellados con el Espíritu Santo prometido.


No causéis tristeza al Espíritu Santo de dios, que es en vosotros como un sello que os distinguirá en el día de la liberación final.


Porque todos se hacen lenguas de la acogida que nos dispensasteis y de cómo renunciasteis a los ídolos y os pusisteis a servir al Dios vivo y verdadero,


Pero Dios ha puesto un fundamento inconmovible bajo este lema: 'El Señor sabe muy bien quiénes son suyo'; y bajo este otro: 'Aléjese de la iniquidad todo el que invoca el nombre del Señor.'


Vosotros, en cambio, os habéis acercado a la montaña de Sión, a la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial. Allí está la multitud de los ángeles en fiesta;


Y Juan es testigo de que todo lo que vio tiene el aval de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo.


Vi luego otro ángel lleno de poder. Bajaba del cielo envuelto en una nube , y el arco iris coronoba su cabeza. Su rostro resplandecía como el sol y sus piernas eran semejantes a columnas de fuego.


y yo me dispuse a escribir al dictado de los truenos. Pero una voz me dijo desde el cielo: - No escribas. Mantén en secreto las palabras de los siete truenos.


El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates. El agua del río se secó, y el cauce quedó convertido en camino para los reyes procedentes del este.


Y un ángel poderoso clamaba con voz sonora: - ¿Quién es digno de abrir el libro y romper sus sellos?


mientras otro ángel se colocaba junto al altar con un incensario de oro. Recibió perfumes en abundancia, para ofrecerlos, junto con las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que se levanta delante del trono de Dios.


decía el ángel que tenía en su mano la trompeta: - Desata a los cuatro ángeles que están encarcelados en la ribera del gran río Eufrates.


Se les ordenó que no hicieran daño a la vegetación: ni a la hierba, ni al follaje, ni a los árboles. Sólo a los hombres que no llevasen en su frente la marca de Dios.


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