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1 Juan 5:11 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

11 Y lo que Dios testifica es que nos ha dado la vida eterna que está en su Hijo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

11 Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Y este es el testimonio que Dios ha dado: él nos dio vida eterna, y esa vida está en su Hijo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Pues bien, éste es el testimonio: que Dios nos ha dado la vida eterna, y que dicha vida está en su Hijo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y éste es el testimonio: que Dios nos dio vida eterna, y esta vida está en su Hijo.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Y éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Y este es el testimonio: Que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.

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1 Juan 5:11
37 Referencias Cruzadas  

De manera que éstos irán al castigo eterno; en cambio, los justos irán a la vida eterna.


Los judíos de Jerusalén enviaron una comisión de sacerdotes y levitas para preguntar a Juan quién era él. Su testimonio fue tajante y sin reservas: - Yo no soy el Mesías.


era ya vida en él, y esa vida era luz para los hombres;


Yo les doy vida eterna, y jamás perecerán ni podrá nadie arrebatármelas,


Yo sé que sus mandamientos llevan a la vida eterna. Por eso, yo enseño lo que he oído del Padre.


Tomás replicó: - Pero, Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino?


El que narra estas cosas fue testigo ocular de las mismas, y su testimonio es verdadero. Os cuenta lo que vio para que también vosotros creáis.


El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; pero quien no le acepta, no tendrá esa vida; está bajo el peso de la ira de Dios.


El que trabaja en la recolección recibe su salario y recoge el grano para la vida eterna; de esta suerte, se alegran juntos el que siembra y el que hace la recolección.


En su viaje a través de Samaria llegó a un pueblo llamado Sicar, cerca del terreno que Jacob dio a su hijo José.


Porque así como el Padre resucita a los muertos, dándoles vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.


El Padre tiene el poder de dar la vida, y ha concedido al Hijo ese mismo poder.


Mi Padre quiere que todos los que van al Hijo y crean en él, tengan vida eterna; yo, por mi parte, los resucitaré en el último día.


Os aseguro que quien cree, tiene vida eterna.


Simón Pedro le respondió: - Señor, ¿a quién iríamos? Tus palabras son palabras que dan vida eterna.


Así como el pecado trajo el reinado de la muerte, así también será ahora la gracia la que reine por medio de Jesucristo, Señor nuestro, restableciéndonos en la amistad de Dios en orden a la vida eterna.


Porque el salario que ofrece el pecado es la muerte, mientras que Dios ofrece como regalo la vida eterna por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro.


Precisamente por eso, Dios me ha tratado con misericordia y Cristo Jesús ha volcado en mí toda su generosidad, para ejemplo de aquellos que por creer en él alcanzarán la vida eterna.


y apoyada en la esperanza de la vida eterna. Dios, que no miente, prometió esa vida antes que el tiempo existiera;


Pues tal es la promesa que Cristo nos ha hecho: la vida eterna.


¿Qué dónde radica el amor? No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que nos alcanzase el perdón de nuestros pecados.


Y Dios nos ha demostrado que nos ama enviando a su Hijo único al mundo para que tengamos vida por medio de él.


Por eso, si creemos en el Hijo de Dios, es que hemos aceptado el testimonio de Dios. Pero quien no se fía de Dios ni presta crédito al testimonio que él ha dado en favor de su Hijo, está acusando a Dios de mentiroso.


Sabemos, en fin, que el Hijo de Dios ha venido y ha iluminado nuestras mentes para que conozcamos al verdadero. Con él estamos unidos mediante su Hijo Jesucristo, que es Dios verdadero y vida eterna.


Y es que, en realidad, los testigos son tres:


En cuanto a Demetrio, todos, y en primer lugar su misma conducta ejemplar, hablan elogiosamente de él. Yo mismo me sumo a los elogios, y tu sabes que mi testimonio es digno de crédito.


Así que vosotros, queridos hermanos, haced de una fe tan santa como la vuestra el firme cimiento de vuestra vida cristiana. Suplicad el apoyo del Espíritu Santo


Esta es la revelación que Dios confió a Jesucristo en relación con los inminentes sucesos que era preciso poner en conocimiento de sus servidores. Así se lo comunicó, por medio de signos, el ángel del Señor a Juan, su servidor.


El ángel me enseñó también un río de agua viva, transparente como el cristal, que manaba del trono de Dios y del Cordero.


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