Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





1 Juan 3:16 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

16 Cristo dio su vida por nosotros. Así hemos conocido lo que es el amor; nosotros debemos dar también la vida por los hermanos.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Conocemos lo que es el amor verdadero, porque Jesús entregó su vida por nosotros. De manera que nosotros también tenemos que dar la vida por nuestros hermanos.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

16 El (Jesucristo) entregó su vida por nosotros; y en esto hemos conocido el amor; ahora también nosotros debemos dar la vida por los hermanos.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

16 En esto hemos conocido el amor: en que Él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner la vida por los hermanos.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 En esto conocemos el amor de Dios, en que Él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.

Ver Capítulo Copiar




1 Juan 3:16
24 Referencias Cruzadas  

De la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos los hombres.


Yo soy el buen pastor. El buen pastor se desvive por las ovejas;


(Está escrito en el anterior)


Hijos míos, ya no estaré con vosotros por mucho tiempo. Me buscaréis, pero os digo lo mismo que ya dije a los judíos: adonde yo voy vosotros no podéis venir.


Tanto amó Dios al mundo, que no dudó en entregarle a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.


Ciudad de vosotros mismos y de todo el rebaño sobre el que os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes. Pastoread la iglesia que el Señor adquirió con el sacrificio de su propia vida.


y que se jugaron la vida por salvar la mía. Y no sólo yo tengo que agradacérselo, sino también todas las iglesias de procedencia pagana.


Pues bien, Cristo murió por nosotros, que éramos pecadores: ¿puede haber mayor prueba del amor que Dios nos tiene?


De modo que en nosotros actúa la muerte, y en vosotros, en cambio, la vida.


y haced del amor norma de vuestra vida, pues también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio que Dios recibe con agrado.


Vosotros, los maridos, amad a vuestras mujeres, como Cristo amó a la Iglesia. Por ella entregó su vida


Y aunque tuviera que sufrir el martirio para completar la ofrenda y sacrificio en favor de vuestra fe, me alegraría y regocijaría con todos vosotros.


han estado, por causa de Cristo, a las puertas de la muerte. Él ha puesto en juego su vida, supliendo lo que vosotros no podíais hacer para ayudarme.


Tan entrañable cariño os teníamos, que estábamos dispuestos a daros no sólo el mensaje de Dios, sino incluso la vida. Hasta ese punto llegaba nuestro amor.


mientras aguardamos el feliz cumplimiento de lo que estamos esperando: la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo.


Debéis saber que habéis sido liberados de la estéril situación heredada de vuestros mayores, no conviene caducos como son el oro y la plata,


Cristo subió al madero cargando sobre sí nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos con toda rectitud. Habéis sido, pues, salvados a costa de sus heridas;


También Cristo murió por los pecados, una vez por todas, el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios. Como mortal, sufrió la muerte; como espiritual fue devuelto a la vida.


pues quien se precia de vivir unido a él, lógico es que viva como vivió Jesucristo.


Si alguien dice que vive en la luz y odia a su hermano, miente. ¡Todavía vive en tinieblas!


Juan a las siete Iglesias de la provincia de Asia: Gracia y paz de parte de Dios, que es, que era y que está para llegar; de parte de los siete espíritu que rodean su trono,


Cantaban un cántico nuevo, que decía: -Digno eres de recibir el libro y romper sus sellos, porque has sido degollado y con tu sangre has adquirido para Dios gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos