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1 Juan 1:7 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

7 Pero, si vivimos en la luz, como él vive en la luz, entonces todos participamos de la misma vida, y la muerte de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 En cambio, si caminamos en la luz, lo mismo que él está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, el Hijo de Dios, nos purifica de todo pecado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Pero si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús° su Hijo nos limpia de todo pecado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Pero si caminamos en la luz, como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros; y la sangre de Jesús, su Hijo, nos purifica de todo pecado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 mas si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

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1 Juan 1:7
34 Referencias Cruzadas  

Perdónanos el mal que hacemos, como también nosotros perdonamos a quienes nos hacen mal.


Al día siguiente, Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: - Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.


Jesús les dijo: - Todavía está la luz entre vosotros, pero no por mucho tiempo. Mientras tenéis esta luz, caminad para que no os sorprendan las tinieblas. Porque el que camina en la oscuridad no sabe a dónde se dirige.


porque de cuando en cuando bajaba un ángel del Señor y agitaba el agua. El primero que se metía en el agua después que ocurría esto , quedaba curado de cualquier enfermedad que tuviera .*


La noche está avanzada, el día se avecina. Renunciemos a toda obra que tenga que ver con las tinieblas y equipémonos con las armas de la luz.


Y esto es lo que antes erais algunos de vosotros. Pero ahora habéis sido purificados, consagrados y restablecidos por Dios en su amistad en nombre de Jesucristo, el Señor, y por la acción del Espíritu de nuestro Dios.


Con la muerte de su Hijo, y en virtud de la inmensa riqueza de su bondad, Dios nos libera y nos concede el perdón de los pecados.


En otro tiempo erais tinieblas, pero ahora, injertados en Cristo, sois luz. Portaos como quienes pertenecen al reino de la luz,


el único inmortal, el que habita en la luz inaccesible, a quien nadie ha visto ni puede nunca ver. Suyos son el honor y el poder por siempre. Amén.


El se entregó por nosotros a fin de liberarnos de toda maldad y convertirnos en pueblo suyo limpio y elegido, totalmente entregado a la práctica del bien.


Pues ¡cuánto más eficaz será la sangre de Cristo, que, bajo la acción del Espíritu eterno, se ha ofrecido sin mancha a Dios! ¡Cuánto más capaz será esa sangre de limpiar nuestra conciencia para que podamos entregarnos al servicio del Dios viviente!


Todo beneficio y todo don perfecto bajan de lo alto, del creador de la luz, en quien no hay cambios ni períodos de sombra.


sino con la sangre de Cristo; una sangre preciosa, como cordero sin mancha y sin tacha.


(Está escrito en el versículo 1:1).


Este es el mensaje que escuchamos de labios de Jesucristo y que ahora os anuncio: Dios es luz, sin mezcla de tinieblas.


Jesucristo ha venido a nosotros con el agua de su bautismo y la sangre de su muerte. No sólo con el agua, sino con el agua y la sangre. El Espíritu, que es la verdad, da testimonio de esto.


el Espíritu, el agua y la sangre. Y los tres están de acuerdo.


Me he alegrado sobremanera al comprobar que bastantes de tus hijos viven como auténticos creyentes, conforme al mandamiento del Padre.


Mi mayor alegría es oír que mis hijos caminan a la luz de la verdad.


Juan a las siete Iglesias de la provincia de Asia: Gracia y paz de parte de Dios, que es, que era y que está para llegar; de parte de los siete espíritu que rodean su trono,


¡Alegraos, por tanto, cielos, y quienes en ellos tenéis vuestra morada! Temblad, en cambio, vosotros, tierra y mar, porque el diablo ha bajado hasta vosotros ebrio de furor, sabiendo que es corto el tiempo con que cuenta.


Yo le respondí: - Mi Señor, tú eres quien lo sabe. El me dijo: - Estos son los que han pasado por la gran persecución, los que han lavado y blanqueado sus túnicas en la sangre del Cordero.


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