Juan 18:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

¹¹ ―¡Devuelve esa espada a su funda! —ordenó Jesús a Pedro—. ¿Acaso no he de beber el trago amargo que el Padre me da a beber?

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹¹ Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹¹ Pero Jesús le dijo a Pedro: «Mete tu espada en la vaina. ¿Acaso no voy a beber de la copa de sufrimiento que me ha dado el Padre?».

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹¹ Jesús dijo a Pedro: 'Coloca la espada en su lugar. ¿Acaso no voy a beber la copa que el Padre me ha dado?'

La Biblia Textual 3a Edicion

¹¹ Entonces Jesús dijo a Pedro: Mete la espada en la vaina. La copa° que me ha dado el Padre, ¿no la he de beber?

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹¹ Jesús dijo a Pedro: 'Mete la espada en la vaina. ¿Es que no voy a beber el cáliz que me ha dado mi Padre?'.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹¹ Entonces Jesús dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que mi Padre me ha dado, ¿no la he de beber?

Juan 18:11 Referencias Cruzadas

2 Samuel 16:10

Pero el rey respondió: ―Esto no es asunto mío ni vuestro, hijos de Sarvia. A lo mejor el Señor le ha ordenado que me maldiga. Y, si es así, ¿quién se lo puede reprochar?

Salmos 75:8

En la mano del Señor hay una copa de espumante vino mezclado con especias; cuando él lo derrame, todos los impíos de la tierra habrán de beberlo hasta las heces.

Ezequiel 23:31

Por cuanto has seguido los pasos de tu hermana, en castigo beberás la misma copa.

Mateo 20:22

―No sabéis lo que estáis pidiendo —les replicó Jesús—. ¿Podéis acaso beber el trago amargo de la copa que yo voy a beber? ―Sí, podemos.

Mateo 26:39

Yendo un poco más allá, se postró sobre su rostro y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».

Mateo 26:42

Por segunda vez se retiró y oró: «Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este trago amargo, hágase tu voluntad».

Lucas 12:30

El mundo pagano anda tras todas estas cosas, pero el Padre sabe que vosotros las necesitáis.

Lucas 22:42

«Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya».

Juan 15:10

Si obedecéis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

Juan 17:24

»Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy. Que vean mi gloria, la gloria que me has dado porque me amaste desde antes de la creación del mundo.

Juan 18:36

―Mi reino no es de este mundo —contestó Jesús—. Si lo fuera, mis propios siervos pelearían para impedir que los judíos me arrestaran. Pero mi reino no es de este mundo.

Juan 20:17

―Suéltame, porque todavía no he vuelto al Padre. Ve más bien a mis hermanos y diles: “Vuelvo a mi Padre, que es vuestro Padre; a mi Dios, que es vuestro Dios”.

2 Corintios 10:4

Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas.

2 Corintios 6:7

con palabras de verdad y con el poder de Dios; con armas de justicia, tanto ofensivas como defensivas;

Hebreos 12:2

Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.