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Jeremías 8:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

4 »Pero tú les advertirás que así dice el Señor: »“Cuando los hombres caen, ¿acaso no se levantan? Cuando uno se desvía, ¿acaso no vuelve al camino?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

4 Les dirás asimismo: Así ha dicho Jehová: El que cae, ¿no se levanta? El que se desvía, ¿no vuelve al camino?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 »Jeremías, dile al pueblo: “Esto dice el Señor: »”‘Cuando una persona se cae, ¿acaso no vuelve a levantarse? Cuando descubre que está en un camino equivocado, ¿acaso no da la vuelta?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Les dirás: Así dice Yavé: ¿Acaso el que cae no se levanta, y el que se ha perdido de camino, no vuelve atrás?

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y les dirás: Así dice YHVH: El que cae, ¿no se levanta? El que se desvía, ¿no se devuelve?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Les dirás: así dice Yahveh: Si alguien cae, ¿no se levanta? Si alguien se marcha, ¿no vuelve?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Y les dirás: Así dice Jehová: Los que caen, ¿no se levantan? El que se desvía, ¿no regresa al camino?

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Jeremías 8:4
15 Referencias Cruzadas  

si luego cualquier israelita, consciente de su propia culpa, extiende sus manos hacia este templo, y ora y te suplica,


porque siete veces podrá caer el justo, pero otras tantas se levantará; los malvados, en cambio, se hundirán en la desgracia.


He disipado tus transgresiones como el rocío, y tus pecados como la bruma de la mañana. Vuelve a mí, que te he redimido».


Que abandone el malvado su camino, y el perverso sus pensamientos. Que se vuelva al Señor, a nuestro Dios, que es generoso para perdonar, y de él recibirá misericordia.


Y entre los profetas de Jerusalén he observado cosas terribles: cometen adulterio, y viven en la mentira; fortalecen las manos de los malhechores, ninguno se convierte de su maldad. Todos ellos son para mí como Sodoma; los habitantes de Jerusalén son como Gomorra».


»Supongamos que un hombre se divorcia de su mujer, y que ella lo deja para casarse con otro. ¿Volvería el primero a casarse con ella? ¡Claro que no! Semejante acción contaminaría por completo la tierra. Pues bien, tú te has prostituido con muchos amantes, y ya no podrás volver a mí —afirma el Señor—.


«¡Volveos, apóstatas, y os curaré de vuestra infidelidad!» «Aquí estamos, a ti venimos, porque tú eres el Señor nuestro Dios.


Cuando los de Judá se enteren de todas las calamidades que pienso enviar contra ellos, tal vez abandonen su mal camino y pueda yo perdonarles su iniquidad y su pecado».


«Israel, si piensas volver, vuélvete a mí —afirma el Señor—. Si quitas de mi vista tus ídolos abominables y no te alejas de mí,


¿Acaso creéis que me complace la muerte del malvado? ¿No quiero más bien que abandone su mala conducta y que viva? Yo, el Señor, lo afirmo.


Vuélvete, Israel, al Señor tu Dios. ¡Tu perversidad te ha hecho caer!


¡Venid, volvámonos al Señor! Él nos ha despedazado, pero nos sanará; nos ha herido, pero nos vendará.


La arrogancia de Israel testifica en contra suya, pero él no se vuelve al Señor su Dios; a pesar de todo esto, no lo busca.


«Ha caído la joven Israel, y no volverá a levantarse; postrada en su propia tierra, no hay quien la levante».


Enemiga mía, no te alegres de mi mal. Caí, pero he de levantarme; vivo en tinieblas, pero el Señor es mi luz.


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