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Génesis 11:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

3 Un día se dijeron unos a otros: «Vamos a hacer ladrillos, y a cocerlos al fuego». Fue así como usaron ladrillos en vez de piedras, y asfalto en vez de mezcla.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Comenzaron a decirse unos a otros: «Vamos a hacer ladrillos y endurecerlos con fuego». (En esa región, se usaban ladrillos en lugar de piedra y la brea se usaba como mezcla).

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Entonces se dijeron unos a otros: 'Vamos a hacer ladrillos y cocerlos al fuego. El ladrillo reemplazó la piedra y el alquitrán les sirvió de mezcla.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Entonces dijo cada cual a su prójimo: ¡Venid! Fabriquemos ladrillos y cozámoslos al fuego. Y el ladrillo les fue por piedra y el asfalto por argamasa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Se dijeron unos a otros: '¡Ea! Vamos a fabricar ladrillos y a cocerlos al fuego'. Y así, utilizaron ladrillos en lugar de piedra y alquitrán en lugar de argamasa.

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Génesis 11:3
19 Referencias Cruzadas  

Luego dijeron: «Construyamos una ciudad con una torre que llegue hasta el cielo. De ese modo nos haremos famosos y evitaremos ser dispersados por toda la tierra».


Será mejor que bajemos a confundir su idioma, para que ya no se entiendan entre ellos».


El valle de Sidín estaba lleno de pozos de asfalto y, cuando los reyes de Sodoma y Gomorra huyeron, se cayeron en ellos, pero los demás lograron escapar hacia los montes.


Expulsó de allí a sus habitantes y los puso a trabajar con sierras, trillos y hachas, y también los forzó a trabajar en los hornos de ladrillos. Lo mismo hizo con todos los pueblos amonitas, después de lo cual regresó a Jerusalén con todas sus tropas.


Unos a otros se animan en sus planes impíos, calculan cómo tender sus trampas; y hasta dicen: «¿Quién las verá?»


Les amargaban la vida obligándolos a hacer mezcla y ladrillos, y todas las labores del campo. En todos los trabajos de esclavos que los israelitas realizaban, los egipcios los trataban con crueldad.


Cuando ya no pudo seguir ocultándolo, preparó una cesta de papiro, la embadurnó con brea y asfalto y, poniendo en ella al niño, fue a dejar la cesta entre los juncos que había a la orilla del Nilo.


Estos te dirán: «¡Ven con nosotros! Acechemos a algún inocente y démonos el gusto de matar a algún incauto;


Me dije entonces: «Vamos, pues, haré la prueba con los placeres y me daré la gran vida». ¡Pero aun esto resultó un absurdo!


Voy a deciros lo que haré con mi viña: Le quitaré su cerco, y será destruida; derribaré su muro, y será pisoteada.


Es un pueblo que en mi propia cara constantemente me provoca; que ofrece sacrificios en los jardines y quema incienso en los altares;


«Si se caen los ladrillos, reconstruiremos con piedra tallada; si se caen las vigas de higuera, las repondremos con vigas de cedro».


Abastécete de agua para el asedio, refuerza tus fortificaciones. Métete al barro, pisa la mezcla y moldea los ladrillos.


Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras.


Más bien, mientras dure ese «hoy», animaos unos a otros cada día, para que ninguno de vosotros os endurezcáis por el engaño del pecado.


Ahora escuchad esto, vosotros que decís: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí un año, haremos negocios y ganaremos dinero».


Ahora escuchad, vosotros los ricos: ¡llorad a gritos por las calamidades que se os vienen encima!


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