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Génesis 1:21 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

21 Y creó Dios los grandes animales marinos, y todos los seres vivientes que se mueven y pululan en las aguas y todas las aves, según su especie. Y Dios consideró que esto era bueno,

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Así que Dios creó grandes criaturas marinas y todos los seres vivientes que se mueven y se agitan en el agua y aves de todo tipo, cada uno produciendo crías de la misma especie. Y Dios vio que esto era bueno.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Dios creó entonces los grandes monstruos marinos y todos los seres que viven en el agua según su especie, y todas las aves, según su especie. Y vio Dios que todo ello era bueno.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Y creó ’Elohim los grandes monstruos marinos° y todo ser vivo que repta, que poblaron las aguas, según su especie, y toda ave alada según su especie. Y vio ’Elohim que estaba bien.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Y creó Dios los grandes cetáceos y todos los seres vivos que serpentean y bullen en las aguas, según su especie, y todas las aves aladas según su especie. Y vio Dios que estaba bien.

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Génesis 1:21
23 Referencias Cruzadas  

Los hizo para gobernar el día y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y Dios consideró que esto era bueno.


Y dijo Dios: «¡Que rebosen de seres vivientes las aguas, y que vuelen las aves sobre la tierra a lo largo del firmamento!»


y los bendijo con estas palabras: «Sed fructíferos y multiplicaos; llenad las aguas de los mares. ¡Que las aves se multipliquen sobre la tierra!»


Dios hizo los animales domésticos, los animales salvajes y todos los reptiles, según su especie. Y Dios consideró que esto era bueno,


Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que era muy bueno. Y vino la noche, y llegó la mañana: ese fue el sexto día.


Entonces Dios el Señor formó de la tierra toda ave del cielo y todo animal del campo, y se los llevó al hombre para ver qué nombre les pondría. El hombre les puso nombre a todos los seres vivos, y con ese nombre se les conoce.


Contigo entrará también una pareja de cada especie de aves, de ganado y de reptiles, para que puedan sobrevivir.


Junto con ellos entró toda clase de animales salvajes y domésticos, de animales que se arrastran por el suelo y de aves.


Saca también todos los seres vivientes que están contigo: las aves, el ganado y todos los animales que se arrastran por el suelo. ¡Que sean fecundos! ¡Que se multipliquen y llenen la tierra!»


Salieron también todos los animales: el ganado, las aves y todos los reptiles que se mueven sobre la tierra, cada uno según su especie.


Todos los animales de la tierra sentirán temor y miedo ante vosotros: las aves, las bestias salvajes, los animales que se arrastran por el suelo, y los peces del mar. Todos estarán bajo vuestro dominio.


»En cuanto a vosotros, sed fecundos y multiplicaos; sí, multiplicaos y llenad la tierra».


»Pero consulta a los animales, y ellos te darán una lección; pregunta a las aves del cielo, y ellas te lo contarán;


«Un estremecimiento invade a los muertos, a los que habitan debajo de las aguas.


¿Soy acaso el mar, el monstruo del abismo, para que me pongas bajo vigilancia?


Alabad al Señor desde la tierra los monstruos marinos y las profundidades del mar,


Sin embargo, los israelitas tuvieron muchos hijos, y hasta tal punto se multiplicaron que fueron haciéndose más y más poderosos. El país se fue llenando de ellos.


El Nilo hervirá de ranas, y se meterán en tu palacio, y hasta en tu alcoba y en tu cama, y en las casas de tus funcionarios y de tu pueblo, y en tus hornos y artesas.


«Hijo de hombre, entona este lamento dedicado al faraón, rey de Egipto: »“Pareces un león entre las naciones; pareces un monstruo marino chapoteando en el río; con tus patas enturbias el agua y revuelves sus corrientes.


El Señor, por su parte, dispuso un enorme pez para que se tragara a Jonás, quien pasó tres días y tres noches en su vientre.


Entonces el Señor dio una orden y el pez vomitó a Jonás en tierra firme.


Porque así como tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre de un gran pez, también tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en las entrañas de la tierra.


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