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Filemón 1:17 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

17 De modo que, si me tienes por compañero, recíbelo como a mí mismo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

17 Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Así que, si me consideras tu compañero, recíbelo a él como me recibirías a mí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Por eso, en vista de la comunión que existe entre tú y yo, recíbelo como si fuera yo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Así que, si me tienes por compañero, acógelo como a mí mismo;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Si me tienes, pues, por compañero, recíbelo como a mí mismo.

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Filemón 1:17
17 Referencias Cruzadas  

»Quien os recibe a vosotros me recibe a mí; y quien me recibe a mí recibe al que me envió.


»Y el que recibe en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí.


El Rey les responderá: “Os aseguro que todo lo que hicisteis por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, por mí lo hicisteis”.


Cuando fue bautizada con su familia, nos hizo la siguiente invitación: «Si vosotros me consideráis creyente en el Señor, venid a hospedaros en mi casa». Y nos persuadió.


En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador entre vosotros; y en cuanto a los otros hermanos, son enviados de las iglesias, son una honra para Cristo.


es decir, que los gentiles son, junto con Israel, beneficiarios de la misma herencia, miembros de un mismo cuerpo y participantes igualmente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio.


Es justo que yo piense así de todos vosotros porque os llevo en el corazón; pues, ya sea que me encuentre preso o defendiendo y confirmando el evangelio, todos vosotros participáis conmigo de la gracia que Dios me ha dado.


Los que tienen amos creyentes no deben faltarles al respeto por ser hermanos. Al contrario, deben servirles todavía mejor, porque los que se benefician de sus servicios son creyentes y hermanos queridos. Esto es lo que debes enseñar y recomendar.


te suplico por mi hijo Onésimo, quien llegó a ser hijo mío mientras yo estaba preso.


Te lo envío de vuelta, y con él va mi propio corazón.


Si te ha perjudicado o te debe algo, cárgalo a mi cuenta.


Por lo tanto, hermanos, vosotros que habéis sido santificados y que tenéis parte en el mismo llamamiento celestial, considerad a Jesús, apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos.


Hemos llegado a tener parte con Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin la confianza que tuvimos al principio.


Escuchad, mis queridos hermanos: ¿No ha escogido Dios a los que son pobres según el mundo para que sean ricos en la fe y hereden el reino que prometió a quienes le aman?


A los ancianos que están entre vosotros, yo, que soy anciano como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe con ellos de la gloria que se ha de revelar, os ruego esto:


Os anunciamos lo que hemos visto y oído, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.


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