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Apocalipsis 18:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

4 Luego oí otra voz del cielo que decía: «Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis cómplices de sus pecados, ni os alcance ninguna de sus plagas;

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

4 Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Después oí otra voz que clamaba desde el cielo: «Pueblo mío, salgan de ella. No participen en sus pecados o serán castigados junto con ella.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Oí otra voz que venía del cielo y decía: 'Aléjate de ella, pueblo mío, no sea que te hagas cómplice de su maldad y tengas que compartir sus castigos;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y oí otra voz procedente del cielo, que decía: ¡Salid de ella pueblo mío,° para que no seáis partícipes de sus pecados ni recibáis parte de sus plagas!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Oí otra voz que venía del cielo y decía: ' Salid, pueblo mío, de ella, para que no os hagáis cómplices de sus pecados ni partícipes de sus plagas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, y para que no recibáis de sus plagas;

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Apocalipsis 18:4
16 Referencias Cruzadas  

Lot salió para hablar con sus futuros yernos, es decir, con los prometidos de sus hijas. ―¡Apresuraos! —les dijo—. ¡Abandonad la ciudad, porque el Señor está a punto de destruirla! Pero ellos creían que Lot estaba bromeando,


Ves a un ladrón, y lo acompañas; con los adúlteros te identificas.


¡Salid de Babilonia! ¡Huid de los caldeos! Anunciad esto con gritos de alegría y hacedlo saber. Publicadlo hasta en los confines de la tierra; decid: «El Señor ha redimido a su siervo Jacob».


Vosotros, que transportáis los utensilios del Señor, ¡poneos en marcha, salid de allí! ¡Salid de en medio de ella, purificaos! ¡No toquéis nada impuro!


»¡Huid de Babilonia; abandonad ese país! Sed como los machos cabríos que guían a las ovejas.


»¡Huye de ella, pueblo mío! ¡Sálvese quien pueda de mi ardiente ira!


Vosotros, los que escapasteis de la espada, huid sin demora. Invocad al Señor en tierras lejanas, y no dejéis de pensar en Jerusalén».


»¡Huid de Babilonia! ¡Sálvese quien pueda! No perezcáis por causa de su iniquidad. Porque ha llegado la hora de que el Señor tome venganza; ¡él le dará su merecido!


»“Quisimos curar a Babilonia, pero no pudo ser sanada; abandonémosla, y regrese cada uno a su país, porque llega su condena hasta los cielos; ¡se eleva hasta las nubes!”


Y decís: “Si hubiéramos vivido nosotros en los días de nuestros antepasados, no habríamos sido cómplices de ellos para derramar la sangre de los profetas”.


«Salid de en medio de ellos y apartaos. No tocad nada impuro, y yo os recibiré».


No te apresures a imponerle las manos a nadie, no sea que te hagas cómplice de pecados ajenos. Consérvate puro.


pues quien le da la bienvenida se hace cómplice de sus malas obras.


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