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Apocalipsis 11:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

3 Por mi parte, yo encargaré a mis dos testigos que, vestidos de luto, profeticen durante mil doscientos sesenta días».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Mientras tanto, yo daré poder a mis dos testigos, y ellos se vestirán de tela áspera y profetizarán durante esos 1260 días».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Yo enviaré a mis dos testigos vestidos con ropa de penitencia para que proclamen mi palabra durante mil doscientos sesenta días.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y daré° a mis dos testigos, y profetizarán durante mil doscientos sesenta días vestidos de tela de saco.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Yo encargaré a mis dos testigos que profeticen durante mil doscientos sesenta días, vestidos de sayal.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Y daré potestad a mis dos testigos, y ellos profetizarán por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.

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Apocalipsis 11:3
43 Referencias Cruzadas  

Y Jacob se rasgó las vestiduras y se vistió de luto, y por mucho tiempo hizo duelo por su hijo.


David ordenó a Joab y a todos los que estaban con él: «Rasgaos las vestiduras, vestíos de luto, y haced duelo por Abner». El rey David en persona marchó detrás del féretro,


Cuando Acab escuchó estas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió de luto y ayunó. Dormía vestido así y andaba deprimido.


Cuando el rey Ezequías escuchó esto, se rasgó las vestiduras, se vistió de luto y fue al templo del Señor.


David alzó la vista y vio que el ángel del Señor estaba entre la tierra y el cielo, con una espada desenvainada en la mano que apuntaba hacia Jerusalén. Entonces David y los ancianos, vestidos de luto, se postraron sobre su rostro.


El día veinticuatro de ese mes, los israelitas se reunieron para ayunar, se vistieron de luto y se echaron ceniza sobre la cabeza.


»El luto es parte de mi cuerpo; en el polvo tengo enterrada la frente.


cuando me visto de luto, soy objeto de burlas.


En aquel día el Señor, el Señor Todopoderoso, los llamó a llorar y a lamentarse, a raparse la cabeza y a hacer duelo.


Mira, hoy te doy autoridad sobre naciones y reinos, »para arrancar y derribar, para destruir y demoler, para construir y plantar».


En la bella Sión, los ancianos se sientan silenciosos en el suelo; se echan ceniza sobre la cabeza y se visten de luto. Postradas yacen en el suelo las jóvenes de Jerusalén.


Cuando cumplas ese plazo, volverás a acostarte, pero esta vez sobre tu lado derecho, y cuarenta días cargarás con la culpa del pueblo de Judá, o sea, un día por cada año.


»Yo pude ver y oír cuando el hombre vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, levantó las manos al cielo y juró por el que vive para siempre: “Faltan tres años y medio. Todo esto se cumplirá cuando el poder del pueblo santo no vuelva a ser destruido”.


Hablará en contra del Altísimo y oprimirá a sus santos; tratará de cambiar las festividades y también las leyes, y los santos quedarán bajo su poder durante tres años y medio.


Y aquel santo me dijo: “Va a tardar dos mil trescientos días con sus noches. Después de eso, se purificará el santuario”.


Vestíos de duelo y gemid, sacerdotes; lamentaos, ministros del altar. Venid, ministros de mi Dios, y pasad la noche vestidos de luto, porque las ofrendas de cereales y las libaciones han sido suspendidas en la casa de vuestro Dios.


Y los ninivitas creyeron a Dios, proclamaron ayuno y, desde el mayor hasta el menor, se vistieron de luto en señal de arrepentimiento.


Al contrario, el rey ordena que toda persona, junto con sus animales, haga duelo y clame a Dios con todas sus fuerzas. Ordena así mismo que cada uno se convierta de su mal camino y de sus hechos violentos.


Dos de los ancianos se habían quedado en el campamento. Uno se llamaba Eldad y el otro Medad. Aunque habían sido elegidos, no acudieron a la Tienda de reunión. Sin embargo, el Espíritu descansó sobre ellos y se pusieron a profetizar dentro del campamento.


«¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Si se hubieran hecho en Tiro y en Sidón los milagros que se hicieron en medio de vosotras, ya hace tiempo que se habrían arrepentido con muchos lamentos.


Pero, si no es así, lleva contigo a uno o dos más, para que “todo asunto se resuelva mediante el testimonio de dos o tres testigos”.


»¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Si se hubieran hecho en Tiro y en Sidón los milagros que se hicieron en medio de vosotras, ya hace tiempo que se habrían arrepentido con grandes lamentos.


Vosotros sois testigos de estas cosas.


Y también vosotros daréis testimonio, porque habéis estado conmigo desde el principio.


―Nadie puede recibir nada a menos que Dios se lo conceda —respondió Juan—.


Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre vosotros, recibiréis poder y seréis mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.


Durante muchos días lo vieron los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo.


A este Jesús, Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros somos testigos.


Matasteis al autor de la vida, pero Dios lo levantó de entre los muertos, y de eso nosotros somos testigos.


En la iglesia Dios ha puesto, en primer lugar, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego los que hacen milagros; después los que tienen dones para sanar enfermos, los que ayudan a otros, los que administran y los que hablan en diversas lenguas.


Esta será la tercera vez que os visito. «Todo asunto se resolverá mediante el testimonio de dos o tres testigos».


Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros,


Por el testimonio de dos o tres testigos se podrá condenar a muerte a una persona, pero nunca por el testimonio de uno solo.


»Un solo testigo no bastará para condenar a un hombre acusado de cometer algún crimen o delito. Todo asunto se resolverá mediante el testimonio de dos o tres testigos.


y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de la resurrección, el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y por su sangre nos ha librado de nuestros pecados,


Pero no incluyas el atrio exterior del templo; no lo midas, porque ha sido entregado a las naciones paganas, las cuales pisotearán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.


Estos testigos tienen poder para cerrar el cielo a fin de que no llueva mientras estén profetizando; y tienen poder para convertir las aguas en sangre y para azotar la tierra, cuantas veces quieran, con toda clase de plagas.


Y la mujer huyó al desierto, a un lugar que Dios le había preparado para que allí la sustentaran durante mil doscientos sesenta días.


A la bestia se le permitió hablar con arrogancia y proferir blasfemias contra Dios, y se le confirió autoridad para actuar durante cuarenta y dos meses.


Me postré a sus pies para adorarle. Pero él me dijo: «¡No, cuidado! Soy un siervo como tú y como tus hermanos que se mantienen fieles al testimonio de Jesús. ¡Adora solo a Dios! El testimonio de Jesús es el espíritu que inspira la profecía».


Entonces vi tronos donde se sentaron los que recibieron autoridad para juzgar. Vi también las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios. No habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni se habían dejado poner su marca en la frente ni en la mano. Volvieron a vivir y reinaron con Cristo mil años.


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