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2 Samuel 7:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

10 También voy a designar un lugar para mi pueblo Israel, y allí los plantaré para que puedan vivir sin sobresaltos. Sus malvados enemigos no volverán a humillarlos como lo han hecho desde el principio,

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 Además, yo fijaré lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como al principio,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Le daré una patria a mi pueblo Israel y lo estableceré en un lugar seguro donde nunca será molestado. Las naciones malvadas no lo oprimirán como lo hicieron en el pasado,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 y pondré en el lugar que le corresponde a mi pueblo de Israel. Allí lo plantaré y allí se quedará. Ya no será más sacudido; los malvados ya no seguirán oprimiéndolo como antes,

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Asimismo he dispuesto un lugar para mi pueblo, para Israel; y lo he plantado para que habite en él, y no sea más removido, ni los hijos de iniquidad continúen oprimiéndolo como al principio,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Fijaré un lugar para mi pueblo Israel: allí lo plantaré y allí morará, sin que sea ya turbado, pues los hijos de la iniquidad no volverán a afligirlo como antes,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Además yo fijaré lugar a mi pueblo Israel, y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como antes,

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2 Samuel 7:10
25 Referencias Cruzadas  

Nunca más dejaré que los israelitas anden perdidos fuera de la tierra que les di a sus antepasados, siempre y cuando tengan cuidado de cumplir todo lo que yo les he ordenado, es decir, toda la ley que les dio mi siervo Moisés».


También voy a designar un lugar para mi pueblo Israel, y allí lo plantaré para que pueda vivir sin sobresaltos. Sus malvados enemigos no volverán a oprimirlo como han hecho desde el principio,


Nunca más arrojaré a los israelitas de la tierra en que establecí a sus antepasados, siempre y cuando tengan cuidado de cumplir todo lo que les he ordenado, es decir, toda la ley, los estatutos y los mandamientos que les di por medio de Moisés».


Con tu mano echaste fuera a las naciones y en su lugar estableciste a nuestros padres; aplastaste a aquellos pueblos, y a nuestros padres los hiciste prosperar.


Solo tú eres mi rey y mi Dios. ¡Decreta las victorias de Jacob!


De Egipto trajiste una vid; expulsaste a los pueblos paganos, y la plantaste.


Le limpiaste el terreno, y ella echó raíces y llenó la tierra.


El faraón, por su parte, dio esta orden a todo su pueblo: ―¡Tirad al río a todos los niños hebreos que nazcan! A las niñas, dejadlas con vida.


Tú los harás entrar, y los plantarás, en el monte que te pertenece; en el lugar donde tú, Señor, habitas; en el santuario que tú, Señor, te hiciste.


La cavó, la limpió de piedras y la plantó de las mejores cepas. Edificó una torre en medio de ella y además preparó un lagar. Él esperaba que diera buenas uvas, pero acabó dando uvas agrias.


La viña del Señor Todopoderoso es el pueblo de Israel; los hombres de Judá son su huerto preferido. Él esperaba justicia, pero encontró ríos de sangre; esperaba rectitud, pero encontró gritos de angustia.


Ya no se oirá de violencia en tu tierra, ni de ruina y destrucción en tus fronteras, sino que llamarás a tus muros “Salvación”, y a tus puertas, “Alabanza”.


Entonces todo tu pueblo será justo y poseerá la tierra para siempre. Serán el retoño plantado por mí mismo, la obra maestra que me glorificará.


En otro momento puedo hablar de construir y plantar a una nación o a un reino.


Los miraré favorablemente, y los haré volver a este país. Los edificaré y no los derribaré, los plantaré y no los arrancaré.


Los israelitas no volverán a sufrir el desprecio de sus vecinos, que duele como aguijones y pincha como espinas, ¡y se sabrá que yo soy el Señor!”


Aquel día haré en tu favor un pacto con los animales del campo, con las aves de los cielos y con los reptiles de la tierra. Eliminaré del país arcos, espadas y guerra, para que todos duerman seguros.


Plantaré a Israel en su propia tierra, para que nunca más sea arrancado de la tierra que yo le di», dice el Señor tu Dios.


Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir».


Los israelitas clamaron al Señor porque Jabín tenía novecientos carros de hierro y, durante veinte años, había oprimido cruelmente a los israelitas.


Del campamento filisteo salió una tropa de asalto dividida en tres grupos: uno de ellos avanzó por el camino de Ofra, hacia el territorio de Súal;


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