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2 Samuel 3:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

3 el segundo, Quileab hijo de Abigaíl, viuda de Nabal de Carmel; el tercero, Absalón hijo de Macá, la hija del rey Talmay de Guesur;

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 su segundo Quileab, de Abigail la mujer de Nabal el de Carmel; el tercero, Absalón hijo de Maaca, hija de Talmai rey de Gesur;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 El segundo fue Daniel, y su madre fue Abigail, la viuda de Nabal de Carmelo. El tercero fue Absalón, y su madre fue Maaca, hija de Talmai, rey de Gesur.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 el segundo fue Quileab, nacido de Abigaíl, mujer de Nabal de Carmel; el tercero, Absalón, hijo de Maaca, que era hija de Talmai, rey de Guesur;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 su segundo Quileab, de Abigail, mujer de Nabal el carmelita, el tercero Absalón, hijo de Maaca, hija de Talmai rey de Gesur,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 el segundo fue Quilab, de Abigail, la que fue mujer de Nabal de Carmelo; el tercero fue Absalón, hijo de Maacá, hija de Talmay, rey de Guesur;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 su segundo Quileab, de Abigail, la esposa de Nabal el carmelita; el tercero, Absalón, hijo de Maaca, hija de Talmai, rey de Gesur;

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2 Samuel 3:3
22 Referencias Cruzadas  

Pasado algún tiempo, sucedió lo siguiente. Absalón hijo de David tenía una hermana muy bella, que se llamaba Tamar; y Amnón, otro hijo de David, se enamoró de ella.


Dicho esto, Joab emprendió la marcha a Guesur, y regresó a Jerusalén con Absalón.


Pero el rey dio esta orden: «Que se retire a su casa, y que nunca me visite». Por tanto, Absalón tuvo que irse a su casa sin presentarse ante el rey.


Y Absalón le respondió: ―Te pedí que fueras a ver al rey y le preguntaras para qué he vuelto de Guesur. ¡Más me habría valido quedarme allí! Voy a presentarme ante el rey y, si soy culpable de algo, ¡que me mate!


Al cabo de cuatro años, Absalón le dijo al rey: ―Permíteme ir a Hebrón, a cumplir un voto que le hice al Señor.


Cuando vivía en Guesur de Siria, hice este voto: “Si el Señor me concede volver a Jerusalén, le ofreceré un sacrificio”.


Al oír esto, el rey se estremeció; y mientras subía al cuarto que está encima de la puerta, lloraba y decía: «¡Ay, Absalón, hijo mío! ¡Hijo mío, Absalón, hijo mío! ¡Ojalá hubiera muerto yo en tu lugar! ¡Ay, Absalón, hijo mío, hijo mío!»


Así que David fue allí con sus dos esposas, Ajinoán la jezrelita y Abigaíl, la viuda de Nabal de Carmel.


Adonías era más joven que Absalón, y muy bien parecido. Como David, su padre, nunca lo había contrariado ni le había pedido cuentas de lo que hacía,


―Como tú sabes —dijo Adonías—, el reino me pertenecía, y todos los israelitas esperaban que yo llegara a ser rey. Pero ahora el reino ha pasado a mi hermano, que lo ha recibido por voluntad del Señor.


Estos fueron los hijos de David nacidos en Hebrón: Su primogénito fue Amón hijo de Ajinoán la jezrelita; el segundo, Daniel hijo de Abigaíl de Carmel;


el tercero, Absalón hijo de Macá, la hija del rey Talmay de Guesur; el cuarto, Adonías hijo de Jaguit;


Yaír, uno de los descendientes de Manasés, se apoderó de toda la región de Argob hasta la frontera de los guesureos y los macateos, y a esa región de Basán le puso su propio nombre, llamándola Javot Yaír, nombre que retiene hasta el día de hoy.


Pero los israelitas no expulsaron de su territorio a los habitantes de Guesur y Macá, que hasta el día de hoy viven en territorio israelita.


Se llamaba Nabal y pertenecía a la familia de Caleb. Su esposa, Abigaíl, era una mujer bella e inteligente; Nabal, por el contrario, era insolente y de mala conducta.


Sin perder tiempo, Abigaíl se dispuso a partir. Se montó en un asno y, acompañada de cinco criadas, se fue con los mensajeros de David. Después se casó con él.


Acostumbraba a salir en campaña con sus hombres para saquear a los guesureos, guirzitas y amalecitas, pueblos que durante mucho tiempo habían habitado la zona que se extiende hacia Sur y hasta el país de Egipto.


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