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2 Samuel 19:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

18 y vadearon el río para ponerse a las órdenes del rey y ayudar a la familia real a cruzar el Jordán. Cuando el rey estaba a punto de cruzarlo, Simí hijo de Guerá se inclinó ante él

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

18 Y cruzaron el vado para pasar a la familia del rey, y para hacer lo que a él le pareciera. Entonces Simei hijo de Gera se postró delante del rey cuando él hubo pasado el Jordán,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Cruzaron los vados del Jordán para llevar a todos los de la casa del rey al otro lado del río, ayudándolo en todo lo que pudieron. Cuando el rey estaba a punto de cruzar el río, Simei cayó de rodillas ante él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 y lo acompañaban mil hombres de la tribu de Benjamín. También Siba, el mayordomo de la casa de Saúl, había bajado al Jordán junto con sus quince hijos y sus veinte sirvientes al encuentro del rey David,

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Y cruzaron° el vado para ayudar a pasar a la familia del rey y para hacer lo bueno ante sus ojos. Entonces Simei ben Gera, se postró ante el rey cuando éste iba a pasar el Jordán,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Iban con él mil hombres de Benjamín. Sibá, criado de la casa de Saúl, sus quince hijos y sus veinte criados, llegaron al Jordán antes que el rey

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

18 Y cruzaron el vado para pasar la familia del rey, y para hacer lo que a él le pareciera. Entonces Simeí, hijo de Gera, se postró delante del rey cuando él había pasado el Jordán.

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2 Samuel 19:18
10 Referencias Cruzadas  

Con él iban mil benjaminitas, e incluso Siba, que había sido administrador de la familia de Saúl, con sus quince hijos y veinte criados. Estos llegaron al Jordán antes que el rey


y le dijo: ―Ruego a mi señor el rey que no tome en cuenta mi delito ni recuerde el mal que hizo este tu siervo el día en que mi señor salió de Jerusalén. Le ruego a mi señor que olvide eso.


―Él puede quedarse con todo —le respondió Mefiboset—; a mí me basta con que mi señor el rey haya regresado a su palacio sano y salvo.


Te ordeno que cultives para él la tierra y guardes la cosecha para el sustento de su casa. Que te ayuden tus quince hijos y tus veinte criados. En cuanto al nieto de tu amo, siempre comerá a mi mesa.


y, como la familia de Saúl había tenido un administrador que se llamaba Siba, mandaron a llamarlo. Cuando Siba se presentó ante David, este le preguntó: ―¿Eres tú Siba? ―A tus órdenes —respondió.


»También encárgate de Simí hijo de Guerá, ese benjaminita de Bajurín que me lanzó terribles maldiciones cuando me dirigía a Majanayin. Es cierto que, cuando fue al Jordán a recibirme, le juré por el Señor que no lo condenaría a muerte.


Decidle a Dios: «¡Cuán imponentes son tus obras! Es tan grande tu poder que tus enemigos mismos se rinden ante ti.


Los que aborrecen al Señor se rendirían ante él, pero serían eternamente castigados.


Voy a hacer que los de la sinagoga de Satanás, que dicen ser judíos, pero que en realidad mienten, vayan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado.


¿Es acaso esta la primera vez que consulto a Dios por él? ¡Claro que no! No debiera el rey acusarnos ni a mí ni a mi familia, pues de este asunto tu siervo no sabe absolutamente nada.


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