Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





1 Samuel 26:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

9 ―¡No lo mates! —exclamó David— ¿Quién puede impunemente alzar la mano contra el ungido del Señor?

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Y David respondió a Abisai: No le mates; porque ¿quién extenderá su mano contra el ungido de Jehová, y será inocente?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

9 —¡No! —dijo David—. No lo mates. Pues ¿quién quedará inocente después de atacar al ungido del Señor?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Pero David respondió a Abisaí: '¡No lo hieras! ¿Quién podría poner su mano en el ungido de Yavé y quedar sin castigo?'

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

9 Pero David respondió a Abisai: No lo mates, porque ¿quién extenderá su mano contra el ungido de YHVH y quedará impune?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Pero David respondió a Abisay: 'No lo mates; pues ¿quién que haya puesto su mano sobre el ungido de Yahveh puede permanecer impune?'.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Y David respondió a Abisai: No le mates; porque ¿quién extenderá su mano contra el ungido de Jehová, y será inocente?

Ver Capítulo Copiar




1 Samuel 26:9
11 Referencias Cruzadas  

―¿Y cómo te atreviste a alzar la mano para matar al ungido del Señor? —le dijo David.


David, por su parte, dijo: ―¡Que tu sangre caiga sobre tu cabeza! Tu boca misma te condena al admitir que mataste al ungido del Señor.


David respondió: ―Hijos de Sarvia, esto no es asunto vuestro, sino mío. Estáis actuando como si fuerais mis adversarios. ¿Cómo va a morir hoy alguien del pueblo, cuando precisamente en este día vuelvo a ser rey de Israel?


«No toquéis a mis ungidos; no hagáis daño a mis profetas».


palabras como las de otra gente, pues yo cumplo con tu palabra! Del camino de la violencia


Ten compasión de mí, oh Dios; ten compasión de mí, que en ti confío. A la sombra de tus alas me refugiaré, hasta que haya pasado el peligro.


Si he hecho daño a mi amigo, si he despojado sin razón al que me oprime,


Entonces Samuel tomó un frasco de aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl. Luego lo besó y le dijo: ―¡Es el Señor quien te ha ungido para que gobiernes a su pueblo!


Aquí me tenéis. Podéis acusarme en la presencia del Señor y de su ungido. ¿A quién le he robado un buey o un asno? ¿A quién he defraudado? ¿A quién he oprimido? ¿Por quién me he dejado sobornar? Acusadme, y pagaré lo que corresponda.


―Hoy ha puesto Dios en tus manos a tu enemigo —le dijo Abisay a David—. Déjame matarlo. De un solo golpe de lanza lo dejaré clavado en el suelo. ¡Y no tendré que rematarlo!


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos