Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





1 Samuel 24:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

7 De este modo David contuvo a sus hombres, y no les permitió que atacaran a Saúl. Pero una vez que este salió de la cueva para proseguir su camino,

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

7 Así reprimió David a sus hombres con palabras, y no les permitió que se levantasen contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, siguió su camino.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Entonces David contuvo a sus hombres y no les permitió que mataran a Saúl. Después de que Saúl saliera de la cueva para seguir su camino,

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Les dijo: '¡Oh no! ¡Por la vida de Yavé que no pondré mi mano sobre él. ¡No puedo hacerle a mi señor tal cosa porque es el ungido de Yavé!'

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y con estas palabras David disuadió a los suyos, y no les permitió levantarse contra Saúl; de modo que Saúl salió de la cueva y siguió por el camino.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Y dijo a sus hombres: 'Líbreme Yahveh de hacerle semejante cosa a mi señor, el ungido de Yahveh, y de poner mi mano sobre él, porque es el ungido de Yahveh'.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 Así reprimió David a sus siervos con estas palabras, y no les permitió que se levantasen contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, se fue su camino.

Ver Capítulo Copiar




1 Samuel 24:7
10 Referencias Cruzadas  

―¿Y cómo te atreviste a alzar la mano para matar al ungido del Señor? —le dijo David.


Si he hecho daño a mi amigo, si he despojado sin razón al que me oprime,


Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por quienes os persiguen,


Aquí me tenéis. Podéis acusarme en la presencia del Señor y de su ungido. ¿A quién le he robado un buey o un asno? ¿A quién he defraudado? ¿A quién he oprimido? ¿Por quién me he dejado sobornar? Acusadme, y pagaré lo que corresponda.


y les dijo a sus hombres: ―¡Que el Señor me libre de hacerle al rey lo que vosotros sugerís! No puedo alzar la mano contra él, porque es el ungido del Señor.


David lo siguió, gritando: ―¡Mi señor el rey! Saúl miró hacia atrás, y David, postrándose rostro en tierra, se inclinó


¡Y bendita seas tú por tu buen juicio, pues me has impedido derramar sangre y vengarme con mis propias manos!


Que el Señor le pague a cada uno según su rectitud y lealtad, pues hoy él te había puesto a ti en mis manos, pero yo ni siquiera me atreví a tocar al ungido del Señor.


―¡No lo mates! —exclamó David— ¿Quién puede impunemente alzar la mano contra el ungido del Señor?


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos