Daniel 12:12 - Biblia Nueva Traducción Viviente

¹² ¡Benditos sean los que esperen y permanezcan hasta el fin de los 1335 días!

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹² Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹² Feliz el que se mantenga en pie y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹² Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹² Bienaventurado el que espere y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹² Bienaventurado el que espere, y llegue hasta mil trescientos treinta y cinco días.

Daniel 12:12 Referencias Cruzadas

Isaías 30:18

Así que el Señor esperará a que ustedes acudan a él para mostrarles su amor y su compasión. Pues el Señor es un Dios fiel. Benditos son los que esperan su ayuda.

Ezequiel 4:6

Cumplido ese tiempo, date vuelta y acuéstate sobre el lado derecho cuarenta días, un día por cada año del pecado de Judá.

Daniel 8:14

El otro le contestó: —Pasarán dos mil trescientas noches y mañanas; después el templo será restaurado.

Romanos 11:15

Pues, si el rechazo de ellos hizo que Dios ofreciera la salvación al resto del mundo, la aceptación de ellos será algo aún más maravilloso. ¡Será vida para los que estaban muertos!

Apocalipsis 11:2

pero no midas el atrio exterior porque ha sido entregado a las naciones, las cuales pisotearán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.

Apocalipsis 12:6

Y la mujer huyó al desierto, donde Dios había preparado un lugar para que la cuidaran durante 1260 días.

Apocalipsis 13:5

A la bestia se le permitió decir grandes blasfemias contra Dios, y se le dio autoridad para hacer todo lo que quisiera durante cuarenta y dos meses.

Apocalipsis 20:4

Después vi tronos, y los que estaban sentados en ellos habían recibido autoridad para juzgar. Vi las almas de aquellos que habían sido decapitados por dar testimonio acerca de Jesús y proclamar la palabra de Dios. Ellos no habían adorado a la bestia ni a su estatua, ni habían aceptado su marca en la frente o en las manos. Volvieron a la vida, y reinaron con Cristo durante mil años.