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Lucas 18:12 - Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento)

12 Yo ayuno dos veces por semana y te doy la décima parte de todo lo que gano'.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Ayuno dos veces a la semana y te doy el diezmo de mis ingresos”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Ayuno dos veces por semana y doy la décima parte de todas mis entradas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 ayuno dos veces a la semana y pago el diezmo de todo lo que gano.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todas las cosas que poseo'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que poseo.

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Lucas 18:12
24 Referencias Cruzadas  

Les aseguro que si ustedes no son más obedientes que los fariseos y los maestros de la Ley, nunca entrarán en el reino de Dios. El enojo


'Cuando ustedes hagan una buena acción, no lo anuncien por todos lados; de lo contrario, Dios su Padre no les dará ningún premio.


'Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas. A ellos les gusta que la gente sepa que están ayunando. Les aseguro que ese será el único premio que ellos recibirán.


'Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas. A ellos les encanta que la gente los vea orar. Por eso oran de pie en las sinagogas y en los lugares por donde pasa mucha gente. Pueden estar seguros de que no tendrán otra recompensa.


Los discípulos de Juan el Bautista fueron a ver a Jesús y le preguntaron: --Nosotros y los fariseos ayunamos mucho. ¿Por qué tus discípulos no hacen lo mismo?


'¡Qué mal les va a ir! Ustedes se preocupan por dar como ofrenda a Dios la décima parte de las legumbres, de la menta y de la ruda que cosechan en sus terrenos. Pero no son justos con los demás, ni aman a Dios. Deben dar a Dios la décima parte de todo, pero sin dejar de amar a Dios y de ser justos.


De modo que, cuando ustedes hayan hecho todo lo que Dios les ordena, no esperen que él les dé las gracias. Más bien, piensen: 'Nosotros somos sólo sirvientes; no hemos hecho más que cumplir con nuestra obligación'. El extranjero agradecido


Ante Dios, no tenemos nada de qué estar orgullosos. Pues Dios nos acepta porque confiamos en Jesucristo, y no por obedecer la ley de Moisés.


Por eso ante Dios nadie tiene de qué sentirse orgulloso.


Cumplí con la religión judía mejor que muchos de los judíos de mi edad, y me dediqué más que ellos a cumplir las enseñanzas recibidas de mis antepasados.


La salvación de ustedes no es el resultado de sus propios esfuerzos. Por eso nadie puede sentirse orgulloso.


Es verdad que el ejercicio físico ayuda a que todo el cuerpo esté sano. Pero esforzarse en confiar cada vez más en Dios es mucho mejor, porque nos hace bien aquí en la tierra y también cuando vivamos en el cielo. Esto es una verdad que podemos y debemos creer.


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