Apocalipsis 22:9 - Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento)9 pero él me dijo: '¡No lo hagas! Adora a Dios, pues todos somos servidores de él: tú, yo, los profetas, y todos los que obedecen la Palabra de Dios'. Ver CapítuloMás versionesBiblia Reina Valera 19609 Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios. Ver CapítuloBiblia Nueva Traducción Viviente9 Pero él dijo: «No, no me adores a mí. Yo soy un siervo de Dios tal como tú y tus hermanos los profetas, al igual que todos los que obedecen lo que está escrito en este libro. ¡Adora únicamente a Dios!». Ver CapítuloBiblia Católica (Latinoamericana)9 pero él me dijo: 'No lo hagas, yo soy un servidor como tú y tus hermanos los profetas y como todos los que escuchan las palabras de este libro. A Dios tienes que adorar. Ver CapítuloLa Biblia Textual 3a Edicion9 Pero me dice: ¡Mira, no! Soy consiervo tuyo, y de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este rollo. ¡Adora a Dios! Ver CapítuloBiblia Serafín de Ausejo 19759 Pero me dijo: 'No hagas eso; soy consiervo tuyo, de tus hermanos, los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro; a Dios has de adorar'. Ver CapítuloBiblia Reina Valera Gómez (2023)9 Y él me dijo: Mira que no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios. Ver Capítulo |
Entonces me arrodillé a los pies del ángel para adorarlo, pero él me dijo: '¡No lo hagas! Adora a Dios, pues yo también le sirvo, igual que tú y que todos los que siguen confiando en el mensaje que les dio Jesús'. Porque el mensaje que Jesús enseñó es lo que anima a la gente a seguir anunciándolo. La victoria del jinete
El resto de la gente, es decir, los que no murieron a causa del fuego, el humo y el azufre, no dejaron de hacer lo malo, ni dejaron de adorar a los demonios y a las imágenes de dioses falsos. Al contrario, siguieron adorando imágenes de piedra, de madera, y de oro, plata y bronce. Esos dioses falsos no pueden ver, ni oír, ni caminar.