2 Pedro 1:6 - Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento)6 y dominar sus malos deseos. Además, deben ser pacientes, entregar su vida a Dios, Ver CapítuloMás versionesBiblia Reina Valera 19606 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; Ver CapítuloBiblia Nueva Traducción Viviente6 el conocimiento, con control propio; el control propio, con perseverancia; la perseverancia, con sumisión a Dios; Ver CapítuloBiblia Católica (Latinoamericana)6 la firmeza con el conocimiento, el conocimiento con el dominio de los instintos, el dominio de los instintos con la constancia, la constancia con la piedad, Ver CapítuloLa Biblia Textual 3a Edicion6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; Ver CapítuloBiblia Serafín de Ausejo 19756 al conocimiento la templanza, a la templanza la constancia, a la constancia la piedad, Ver CapítuloBiblia Reina Valera Gómez (2023)6 y al conocimiento, templanza, y a la templanza, paciencia, y a la paciencia, piedad; Ver Capítulo |
Querido Tito: Yo te ayudé a confiar en Jesucristo, y por eso eres para mí como un verdadero hijo. Tú y yo confiamos en Dios; por eso yo le pido a él, que es nuestro Padre, y a Jesucristo, nuestro Salvador, que te llenen de su amor y de su paz. Como bien sabes, soy servidor de Dios y apóstol de Jesucristo. Fui enviado por él para que los elegidos de Dios confíen en él y lleguen a conocer la verdad que enseña nuestra religión. Así estarán seguros de recibir la vida eterna que Dios nuestro Salvador prometió desde hace mucho tiempo. Y sabemos que Dios no miente. En el momento que él consideró oportuno, me dio ese mensaje y me pidió que lo anunciara a los demás. Lo que Tito debía hacer en Creta
¡Todas esas personas están a nuestro alrededor como testigos! Por eso, en los años que nos quedan de vida debemos dejar de pecar, y dejar también de lado lo que nos estorba para vivir confiando totalmente en Dios. Porque la vida es como una carrera, y el pecado es como un estorbo que se nos enreda en los pies y no nos deja correr.
Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Dios, lo mismo que ustedes; tengo los mismos problemas y dificultades, pero también tengo la fuerza que Dios nos da para soportar esos sufrimientos. Por anunciar el mensaje de Dios y hablar de Jesucristo fui enviado a la isla de Patmos.