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1 Corintios 2:8 - Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento)

8 Claro que este plan inteligente de Dios no lo entendió ninguno de los gobernantes del mundo. Si lo hubieran entendido, no habrían matado en la cruz a nuestro Señor, quien es el dueño de la vida.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 pero los gobernantes de este mundo no lo entendieron; si lo hubieran hecho, no habrían crucificado a nuestro glorioso Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Esta sabiduría no fue conocida por ninguna de las cabezas de este mundo, pues de haberla conocido, no habrían crucificado al Señor de la Gloria.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 la cual ninguno de los gobernantes de este mundo conoció, porque si la hubieran conocido,° nunca habrían crucificado° al Señor de gloria.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 la que ninguno de los dirigentes de este mundo ha conocido. Porque si la hubieran conocido, no habrían crucificado al Señor de la gloria.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 la que ninguno de los príncipes de este mundo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria.

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1 Corintios 2:8
22 Referencias Cruzadas  

En ese momento, Jesús se dirigió a Dios y le dijo: '¡Padre, tú gobiernas en el cielo y en la tierra! Te doy gracias porque no mostraste estas cosas a los que conocen mucho y son sabios. En cambio, las mostraste a gente humilde y sencilla.


'Luego están las semillas que cayeron entre los espinos. Estas semillas representan a los que oyen el mensaje, pero no dejan que este cambie sus vidas. Sólo piensan en lo que necesitan y en cómo hacerse ricos.


Poco después, Jesús dijo: '¡Padre, perdona a toda esta gente! ¡Ellos no saben lo que hacen!' Mientras los soldados echaban suertes para saber cuál de ellos se quedaría con la ropa de Jesús,


Esa gente hará esto porque no me han conocido a mí, ni han conocido a Dios mi Padre.


¿Acaso ha creído en él alguno de nuestros jefes, o alguno de los fariseos?


Entonces le preguntaron: --¿Dónde está tu padre? Jesús les respondió: --Si me conocieran, conocerían a mi Padre. Pero como no me conocen, tampoco a él lo conocen.


Sabemos que los habitantes de Jerusalén y los líderes del país no se dieron cuenta de quién era Jesús. Todos los sábados leían los libros de los profetas, pero no se dieron cuenta de que esos libros se referían a Jesús. Entonces ordenaron matar a Jesús y, sin saberlo, cumplieron así lo que los profetas habían anunciado.


Y Esteban respondió: --Amigos israelitas y líderes del país: escúchenme. Nuestro poderoso Dios se le apareció a nuestro antepasado Abraham en Mesopotamia, antes de que fuera a vivir en Harán.


Dios ha demostrado que la gente de este mundo es tonta, pues cree saberlo todo. En realidad, nada saben los sabios, ni los expertos en la Biblia, ni los que creen tener todas las respuestas.


Sin embargo, cuando hablamos con los que ya entienden mejor el mensaje de Dios, hablamos con sabiduría. Pero no empleamos la sabiduría humana como la emplean la gente y los gobernantes de este mundo. El poder que ellos tienen está condenado a desaparecer.


Ellos nunca lo entendieron. Por eso hasta el día de hoy, cuando leen los libros de Moisés, no lo entienden. Es como si su entendimiento estuviera tapado con un velo. Sólo Cristo puede ayudarles a entender.


Le pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, es decir, al Padre maravilloso, que les dé su Espíritu para que sean sabios y puedan entender cómo es Dios.


Son gente ignorante y terca, que no entiende nada, y por eso no disfruta de la vida que Dios da.


Antes yo ofendía a Jesucristo, lo perseguía y lo insultaba. Aun así, él confió en mí. Y es que Dios fue bueno conmigo y me perdonó, pues yo todavía no creía en Cristo ni sabía lo que estaba haciendo.


Hermanos míos, ustedes que han confiado en nuestro glorioso Señor Jesucristo, no deben tratar a unas personas mejor que a otras.


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