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Jueces 8:10 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

10 Y Zeba y Zalmuna estaban en Carcor, y con ellos su ejército como de quince mil hombres , todos los que habían quedado de todo el ejército de los orientales; y los muertos habían sido ciento veinte mil hombres que sacaban espada.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 Y Zeba y Zalmuna estaban en Carcor, y con ellos su ejército como de quince mil hombres, todos los que habían quedado de todo el ejército de los hijos del oriente; pues habían caído ciento veinte mil hombres que sacaban espada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Para entonces, Zeba y Zalmuna se encontraban en Carcor con unos quince mil guerreros, que era todo lo que quedaba de los ejércitos aliados del oriente, porque ya habían matado a ciento veinte mil.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Zebaj y Salmuna estaban en Carcor con un ejército de alrededor de quince mil hombres (eran los sobrevivientes del gran ejército de los hijos de Oriente, pues ya habían caído ciento veinte mil).

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Y Zeba y Zalmuna estaban en Carcor, y su ejército con ellos, como de quince mil hombres, todos los que habían quedado de todo el campamento de los orientales, pues habían caído ciento veinte mil hombres armados de espada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Zébaj y Salmuná se hallaban en Carcor con su ejército, unos quince mil hombres, cuantos supervivientes quedaban de todo el ejército de los hijos de oriente, pues habían caído ciento veinte mil hombres capaces de empuñar la espada.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Y Zeba y Zalmuna estaban en Carcor, y con ellos su ejército de como quince mil hombres, todos los que habían quedado de todo el campamento de los orientales; y los muertos habían sido ciento veinte mil hombres que sacaban espada.

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Jueces 8:10
17 Referencias Cruzadas  

Y cuando el rey de Moab vio que la batalla lo vencía, tomó consigo setecientos varones que sacaban espada, para romper contra el rey de Idumea; mas no pudieron.


Y Abías y su pueblo hacían en ellos gran mortandad; y cayeron heridos de Israel quinientos mil hombres escogidos.


Porque Peca, hijo de Remalías mató en Judá en un día ciento veinte mil, todos hombres valientes; por cuanto habían dejado al SEÑOR Dios de sus padres.


Tomaron también cautivos los hijos de Israel de sus hermanos doscientos mil, mujeres, muchachos, y muchachas, a más de haber saqueado de ellos un gran despojo, el cual trajeron a Samaria.


Y salió el Angel del SEÑOR, y mató ciento ochenta y cinco mil, en el campo de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos.


Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián.


Y fueron contados en aquel tiempo los hijos de Benjamín de las ciudades, veintiséis mil hombres que sacaban espada, sin los que moraban en Gabaa, que fueron por cuenta setecientos varones escogidos.


Y fueron contados los varones de Israel, fuera de Benjamín, cuatrocientos mil hombres que sacaban espada, todos estos hombres de guerra.


Y los cantones de todo el pueblo, de todas las tribus de Israel, se hallaron presentes en la reunión del pueblo de Dios, cuatrocientos mil hombres de a pie que sacaban espada.


Y aquel segundo día, saliendo Benjamín de Gabaa contra ellos, derribaron por tierra otros dieciocho mil hombres de los hijos de Israel, todos los cuales sacaban espada.


E hirió el SEÑOR a Benjamín delante de Israel; y mataron los hijos de Israel aquel día veinticinco mil cien hombres de Benjamín, todos los cuales sacaban espada.


Así todos los que de Benjamín murieron aquel día, fueron veinticinco mil hombres que sacaban espada, todos ellos hombres de guerra.


Porque subían ellos y sus ganados, y venían con sus tiendas en grande multitud como langostas, que no había número en ellos ni en sus camellos; así venían a la tierra destruyéndola.


Y Madián, y Amalec, y todos los orientales, estaban tendidos en el valle como langostas en muchedumbre, y sus camellos eran innumerables, como la arena que está a la ribera del mar en multitud.


Y cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un sueño, diciendo: He aquí yo soñé un sueño: que veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián, y llegaba a las tiendas, y las herió de tal manera que cayeron, y las trastornaba de arriba abajo , y las tiendas cayeron.


Mas los trescientos tocaban las trompetas; y el SEÑOR puso el cuchillo de cada uno contra su compañero en todo el campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, hacia Zerera, y hasta el término de Abel-mehola en Tabat.


Y subiendo Gedeón hacia los que habitaban en tiendas, a la parte oriental de Noba y de Jogbeha, hirió el campamento, porque el campamento estaba seguro.


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