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Jeremías 5:8 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

8 Como caballos bien alimentados fueron a la mañana, cada cual relinchaba a la mujer de su prójimo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 Como caballos bien alimentados, cada cual relinchaba tras la mujer de su prójimo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Son vigorosos sementales, bien alimentados, cada uno relinchando por la mujer de su prójimo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Son potros satisfechos y lozanos que relinchan por la mujer de su prójimo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Son caballos lascivos° bien alimentados,° Cada cual relincha tras la mujer de su prójimo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Caballos encelados y rijosos se han hecho, cada uno relincha por la mujer de su prójimo.

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Jeremías 5:8
15 Referencias Cruzadas  

No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer, ¿cómo, pues, haría yo este grande mal y pecaría contra Dios?


Si fue mi corazón engañado acerca de mujer, y si estuve acechando a la puerta de mi prójimo,


No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.


Así el que entrare a la mujer de su prójimo; no será sin culpa cualquiera que la tocare.


Tus adulterios, tus relinchos, la maldad de tu fornicación sobre los collados; en el mismo campo vi tus abominaciones. ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿No serás limpia al fin? ¿Hasta cuándo pues?


Porque la tierra está llena de adúlteros; porque a causa del juramento la tierra está desierta; las cabañas del desierto se secaron; la carrera de ellos fue mala, y su fortaleza no derecha.


Porque hicieron maldad en Israel, y cometieron adulterio con las mujeres de sus prójimos, y hablaron palabra falsamente en mi nombre que no les mandé; lo cual yo sé, y soy testigo, dijo el SEÑOR.


Porque os alegrasteis, porque os gozasteis destruyendo mi heredad, porque os llenasteis como becerra de renuevos, y relinchasteis como caballos;


¡Oh, quién me diese en el desierto un mesón de caminantes, para que dejase mi pueblo, y de ellos me apartase! Porque todos ellos son adúlteros, congregación de rebeldes.


Y cada uno hizo abominación con la mujer de su prójimo; y cada uno contaminó su nuera torpemente; y cada uno forzó en ti a su hermana, hija de su padre.


No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni codiciarás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni ninguna cosa que sea de tu prójimo.


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