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Daniel 8:2 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

2 Vi en visión, (y aconteció cuando la vi, que yo estaba en Susa, que es cabecera del reino en la provincia de Persia;) así que vi en aquella visión, estando junto al río Ulai,

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Vi en visión; y cuando la vi, yo estaba en Susa, que es la capital del reino en la provincia de Elam; vi, pues, en visión, estando junto al río Ulai.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 En esta visión me encontraba en la fortaleza de Susa, en la provincia de Elam, de pie junto al río Ulai.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Durante esa visión vi la ciudadela de Suza, en la provincia de Elam; en esa visión me encontraba a orillas del río Ulay, y miraba desde allí.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Contemplaba en la visión que me encontraba en la ciudadela de Susa, en la provincia de Elam, y en la visión yo estaba junto al río Ulai.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Estaba yo mirando durante la visión, y me pareció hallarme en Susa, la fortaleza, situada en la provincia de Elam. Advertí en la visión que me encontraba a orillas del Ulay.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Vi en visión, y sucedió cuando la vi, que yo estaba en Susán, que es cabecera del reino en la provincia de Elam; vi, pues, en visión, estando junto al río Ulai.

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Daniel 8:2
24 Referencias Cruzadas  

Y los hijos de Sem: Elam, y Asur, y Arfaxad, y Lud, y Aram.


Y aconteció en aquellos días que Amrafel, rey de Sinar; Arioc, rey de Elasar; Quedorlaomer, rey de Elam, y Tidal, rey de los gentiles,


Las palabras de Nehemías, hijo de Hacalías. Y acaeció en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa, capital del reino,


que en aquellos días, cuando se asentó el rey Asuero sobre el trono de su reino, el cual estaba en Susa capital del reino,


Sucedió, pues, que cuando se divulgó el mandamiento del rey y su ley, y siendo reunidas muchas jovenes en Susa la capital del reino, a cargo de Hegai, fue tomada también Ester para casa del rey, al cuidado de Hegai, guarda de las mujeres.


Y salieron los correos de prisa por mandato del rey, y la ley fue dada en Susa capital del reino. Y el rey y Amán estaban sentados a beber, y la ciudad de Susa estaba alborotada.


Entonces Ester dijo: El varón enemigo y adversario es este malvado Amán. Entonces se turbó Amán delante del rey y de la reina.


Y salió Mardoqueo de delante del rey con vestido real de cárdeno y blanco, y una gran corona de oro, y un manto de lino y púrpura; y la ciudad de Susa se alegró y regocijó.


El mismo día vino la cuenta de los muertos en Susa capital del reino, delante del rey.


Y los judíos que estaban en Susa, se juntaron también el catorce del mes de Adar, y mataron en Susa trescientos hombres; mas en el despojo no metieron su mano.


Y acontecerá en aquel tiempo, que el SEÑOR tornará a poner otra vez su mano, para poseer el remanente de su pueblo que fue dejado de Assur, y de Egipto, y de Patros, y de Etiopía, y de Elam, y de Caldea, y de Hamat, y de las islas del mar.


Visión dura me ha sido mostrada. Para un prevaricador otro prevaricador; y para un destructor otro destructor. Sube, Elam; cerca, Media. Todo su gemido hice cesar.


y a todos los reyes de Zimri, y a todos los reyes de Elam, y a todos los reyes de Media;


Y fue que a los treinta años, en el mes cuarto, a los cinco del mes, estando yo en medio de los cautivos junto al río de Quebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios.


Allí Elam, y toda su multitud por los alrededores de su sepulcro; todos ellos cayeron muertos a cuchillo, los cuales descendieron incircuncisos a los más profundos lugares de la tierra, porque pusieron su terror en la tierra de los vivientes, mas llevaron su confusión con los que descienden al sepulcro.


Y a los veinticuatro días del mes primero estaba yo a la orilla del gran río Hidekel;


Mi espíritu fue turbado, yo Daniel, en medio de mi cuerpo, y las visiones de mi cabeza me asombraron.


Habló Daniel y dijo: Veía yo en mi visión siendo de noche, y he aquí que los cuatro vientos del cielo combatían el gran mar.


En el año tercero del reinado del rey Belsasar, me apareció una visión a mí, Daniel, después de aquella que me había aparecido antes.


y alcé mis ojos, y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, el cual tenía dos cuernos: y aunque eran altos, el uno era más alto que el otro; y el más alto subía a la postre.


Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras: si tuviereis profeta del SEÑOR, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él.


Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,


Y así vi los caballos en la visión; y los que estaban sentados sobre ellos tenían corazas de fuego, de jacinto, y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones, y de la boca de ellos salía fuego, humo y azufre.


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